Descripción de la asociación



La Asociación IMPULSO CIUDADANO se suma, como movimiento cívico, al servicio para la vigilancia de los derechos de los ciudadanos, la racionalización de las administraciones públicas y la regeneración de la vida política.

"La Cataluña virtual es omnipresente. La misión de Impulso Ciudadano debe consistir en hacer aflorar la Cataluña real".


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jueves, 31 de diciembre de 2009

MONTILLA, EL NACIONALISMO Y SUS CITAS

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Estaba leyendo el mensaje de Fin de Año de nada menos que todo un presidente, Montilla -honorable, para más datos-, y me estaban entrando ganas de escribir algo, para aliviar mis tripas, cuando comprobaba la manera en que parece estar imbuido por el espíritu nacionalista este individuo que alcanzó su actual cargo sin haber hecho el esfuerzo de algo tan imprescindible como es en Cataluña el saber esa lengua con que se sustituyó a la de sus habitantes del momento, cuando llegaron los señores lorigados y con lanza. Me sorprendía también cómo ha calado en él –creo que sin advenimiento de espíritu ultrasideral alguno- esa especie de conjunción cósmica con un determinado punto aleph, por el que la Historia -con mayúscula- se funde y confunde con o a los individuos en una especie de juego de avatares que puede permitir que tus tatarabuelos, o más, tuviesen una especie de don de la ubicuidad virtual, pero vinculante.

Estaba en esas, cuando me desperté; y es que uno, con este Montilla, siempre tiene la sensación de que está dormido y de que se despierta de repente. En esta ocasión, lo que ha venido en socorro de mi letargo presidencial, ha sido el “piiip” de recepción de un nuevo correo electrónico; lo he leído, y como me parece mucho más jugoso que cualquier cosa que yo pueda decir, os dejo su dirección, para que paséis un buen rato, eso sí, aprovechando el momento para desearos una buena entrada de año.

Para ver mensaje de Montilla, pulsa AQUÍ.

Para ver las citas jugosas, pulsa AQUÍ.

Juan Alonso

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lunes, 28 de diciembre de 2009

ARAGÓ, COLÒNIA NOSTRA!

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Al final ha visto la luz, tan mareada como desconocida, una ley de lenguas para Aragón. Sin duda, la mayoría de los ciudadanos, absurda, lógica y convenientemente, ajenos a ella y a lo que supondrá en sus vidas.


Sin entrar en más detalles, y aplicando (con repugnancia) la misma perversa dialéctica de lenguas propias vs. oficiales, mientras quedan en el baúl del olvido social lenguas madres, vehiculares y comunes, la historia no emerge, en esta ley, de la pezuña cota que marcaron similares leyes en vecinas regiones. Porque bien podríamos los aragoneses y riojanos haber exigido que a lo que llamamos Castellano, o Español, se hubiese denominado en realidad como Riojano-Aragonés, ya que el origen histórico, territorial, y su expansión natural por el valle del Ebro, marcan un idioma tan telúricamente nuestro como las variantes hermanas de las Lenguas de la Franja o las Lenguas Pirenaicas. En Aragón ya se hablaba, es más, ya se creaba, amaba y luchaba por la libertad en Español, Castellano, Riojano-Aragonés, o como lo quieran llamar, antes de que se cerrase el actual mapa de nuestra región, lo que sin duda le otorga la calidad de lengua nuestra, de lengua propia, calidad que le niega la ley.



Hemos asistido a un parto, no sólo de una ley, sino de la imaginería que el nacional-socialismo prepara para nuestra región. El denominar como Aragonés al ayuntamiento de las lenguas que se dan en los valles pirenaicos, no sólo supone la muerte de esa riqueza plural, bajo las botas de una “academia” sino que, además, trasluce que el Español no es la lengua que alumbraron hace ya siglos, como intentaba bosquejar en el párrafo anterior, nuestros abuelos en nuestra tierra, sino una suerte de imposición, que conquistadores castellanos de roñosas y fascistas armaduras, lograron a sangre y fuego. Y que los únicos aragoneses auténticos son los pirenaicos, o en su defecto, aquellos que hablen esa fabla, y que resisten, en un montañoso rincón, ahora y siempre, al extranjero invasor, a imagen y semejanza de los geniales cómics de Astérix.



Y es que las aventuras del galo, suponen, por sí mismas, toda la profundidad argumental que el nacionalismo en España necesita para germinar, y toda su solvencia intelectual.



Y respecto del Catalán, llama la atención que el Partido Popular, con buen criterio, se esfuerce y recoja miles de firmas contra la imposición del mismo, pero que sin embargo no sume una sola contra la imposición del “Aragonés”. O si se movilizaría de igual manera si la lengua por imponer fuese el Fragatino. Bueno, llamaría la atención del despistado ciudadano que no haya visto lo que el PP ha propugnado para Galicia, Baleares, Comunidad Valenciana… Para nosotros, un suma y sigue lógico y muy consecuente.



Y lo que más brilla entre las líneas de la ley, es la sonrisa y la mano del nacionalismo socialista catalán. Las oposiciones de la década que estamos a punto de estrenar valorarán para el empleo público aragonés un conocimiento de la lengua vecina que abrirá una gran ventana de clientelismo a los ciudadanos de determinadas regiones (ya de por sí agraciadas con los mejores de nuestra tierra), a la par que cerrará nuestro propio funcionariado al aragonés medio. ¿Pensaban que un vecino no podía hacer que diésemos de comer a sus hijos antes que a los nuestros?



Además, de nuevo, la normalización a Catalán de todo el rosario de hablas de la Franja, (distintas entre sí hasta el punto de no haber acuerdo de en qué lado de las fronteras lingüística/académicas caen algunas de ellas) no sólo extermina cualquier atisbo de la nominal propiedad aragonesa que tuviesen, sino aún de la que tuvieren, al instaurar el subliminal silogismo de que si el Aragonés se habla en Aragón, el Catalán en Cataluña. Y lo que es Cataluña, lógicamente, no es Aragón. Un alto precio, toda la Franja, han pagado Chuntas por su cuota de poder, al PSC de Iglesias. Mientras, el PSA de Labordeta, toma toda la semblanza de un bien de la franja. ¿El sarcófago de Nachá, quizás?

Román Lobera
Miembro de las asociaciones:
"Lengua Común"
e "Impulso Ciudado"
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jueves, 24 de diciembre de 2009

EL BUTONI

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El Butoni de mi tierra, el Butoni de mi niñez, igual que el Chichinero, el Hombre del Saco, el Coco, el Sacamantecas o tantos otros de otras tierras y otras niñeces, era un personaje siniestro e imaginario con un cometido concreto: asustar a los pequeños.

Debía de ser un personaje bastante cómodo para los padres y abuelos, ya que, en aquellos tiempos de escaso tráfico rodado, en que sus hijos se criaban sueltos por la calle, servían para señalar los límites territoriales que los chiquillos no podían propasar, evitando así la incómoda misión a sus mayores de tener que estar permanentemente ojo avizor.

En cuanto a la apariencia de los personajes, poco se puede decir, ya que, ni aún en el caso más antropomórfico, que sería el del Hombre del Saco, su silueta estaría deformada por los bultos del costal que obligatoriamente acarreaba sobre sus hombros, y que, en la distante oscuridad en que los chavales podían verlo antes de salir pitando, le conferiría un perfil lleno de bultos deformes; bultos que, casualmente, parece que son los que dan origen etimológicamente al Butoni... lo que son las cosas.

Cualquiera diría que esos monstruos de la infancia deberían desaparecer una vez superada esa etapa de la vida; pero, por lo visto,” bien” orientada esa etapa puede alargarse indefinidamente. Sólo es preciso cambiar la informe amenaza por otras formas adecuadas a los objetivos de quienes se arrogan la potestad de ocupar el lugar de los padres y, por ejemplo, donde antes se decía Butoni, Hombre del Saco, Chichinero, etc., ahora se dirá Madrit: “¡Cuidado que viene Madrit!”, “¡expulsemos a Madrit!”, “que Madrit nos quiere sacar las mantecas”, etc,... Y los niños, devenidos en niños eternos, junto con algún productor de babas natural, serán capaces de las mayores tropelías con tal de plantar digna pugna a cualquier execrable monstruo invasor, por irreal que sea; aunque el monstruo no sea más que un bulto, una sombra indefinida: una proyección de nuestros miedos: el Butoni.

Y colorín colorado...
Juan Alonso
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domingo, 20 de diciembre de 2009

EL LUGAR HA PERDIDO SU MAGIA

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El primer libro que leí de Ian Gibson fue ‘Ligero de equipaje’ una espléndida biografía de Antonio Machado. Sus capítulos finales impresionan por la tristeza infinita que el autor imprime a la muerte del poeta y de su madre, en el exilio. Del hispanista volví a repetir en ‘Cuatro poetas en Guerra’ que trata sobre la experiencia y vivencias de Machado, Juan Ramón, Miguel Hernández y Lorca, durante el conflicto fratricida, típicamente español, del primer tercio del S.XX. En los capítulos referidos a Lorca expone Gibson, con detalle, su prendimiento y muerte y describe cuidadosamente el lugar donde, con toda probabilidad, los verdugos enterraron al universal dramaturgo junto con otros malaventurados republicanos. Espoleado por la curiosidad que destapó la lectura del mencionado episodio, sin atender las predicciones del tiempo que desaconsejaban una excursión en la que predominaba lo visual -por las vistas panorámicas que la Sierra de Huétor ofrece- sobre lo etnográfico o gastronómico, decidí recorrer la zona asumiendo el riesgo y me encaminé por la carretera secundaria que une Víznar y Alfacar. A un par de kilómetros -ojo de buen cubero- de la salida de Víznar se encuentra la señalización del comienzo de un sendero que recorre el Barranco de Víznar junto con algunas cañadas de singular belleza. Dejé a mi derecha el sendero y proseguí mi camino hasta la Fuente Grande, en el término municipal de Alfacar, antigua alquería famosa por sus hornos de pan de excelente calidad (de esto hablaremos otro día), poco antes de llegar a la fuente -loada en versos maravillosamente por Ibn al-Jatib- topo, también a la derecha, con el parque García Lorca situado en un recodo de la carretera y decido parar a visitarlo detenidamente a la vuelta, así que continúo hasta llegar, unos pocos cientos de metros más allá, a la pequeña charca de agua transparente que en tiempos creían de propiedades mágicas y que abastecía el barrio granadino del Albaycín. Fotos, charla, risas, paseo y vuelta hacia el parque. Tiene el lugar una placeta circular de empedrado típico andaluz, ‘chinorro’ blanco y gris combinado para, puesto de canto, hacer distintos dibujos y figuras, y un entramado de pequeñas conducciones de agua que van a coincidir en una humilde cascada situada en un trozo de arco del redondel, huelga decir que toda la ingeniería y máquina ideada para hacer circular el agua fracasaba por desuso y falta de mantenimiento. Pero el objeto principal de mi prurito era un monolito ubicado en una esquina del parque, cerca del vallado y en una parte muy próxima a la carretera. Me hice una foto junto al monolito poco después de leer el recordatorio grabado en la piedra mientras la tristeza de evocar lo ocurrido allí hace setenta y dos años me embargaba. Memoricé la frase: “A la memoria de Federico García Lorca y de todas las víctimas de la Guerra Civil. 1936-1939”. Así, sin más, sin distinciones, sin separar a las víctimas de uno y otro bando; no sé quién es el propietario del parque, ni de quién es la competencia, si del ayuntamiento de Alfacar, de la Diputación, de la Comunidad Autónoma, tampoco sé el signo político del que decidió la inscripción a grabar en la roca, ni me importa ni tengo ganas de averiguarlo, pero ante la grandeza de aunar a las víctimas en un solo cuerpo, aunque los que estén enterrados sean sólo republicanos, no pienso poner pegas. A mí me basta.

Gibson se equivocaba, ya sabemos que no está enterrado ahí, ¿qué hemos ganado con ello?, nada, simplemente, ahora, el lugar ha perdido su magia.
A. Sánchez Ponce

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jueves, 17 de diciembre de 2009

CATALUÑA SE BERLUSCONIZA

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Algunos comentaristas han advertido últimamente sobre el proceso de italianización de la política catalana a raíz del enjuiciamiento de algunos políticos y prohombres de la denominada sociedad civil relacionados con casos de corrupción. No es sólo el aprovechamiento de las ventajas políticas para disfrute personal lo que conecta el modelo catalán con el italiano. Al igual que ocurrió en Italia, la desafección es campo idóneo para hacer emerger una pluralidad de formaciones que quieren aprovechar el desencuentro entre sociedad e instituciones políticas. No obstante, he de reconocer que en la lucha por el hueco político hay casos en que las estrategias desbordan la imaginación. Analicemos el más reciente.

El fiasco de las consultas soberanistas nos permite llegar a algunas conclusiones. La primera, que la historia del desapego de Cataluña hacía el resto de España y la necesidad de acabar con cientos de años de espacio compartido es un invento de nacionalistas. La segunda, que la ambición independentista está sobredimensionada por algunos políticos y medios de comunicación. La sorpresa final, sin embargo, ha sido todo un acontecimiento. Resulta que todo el entramado de consultas por la independencia escondía, al parecer, el caballo de Troya de la preparación de una nueva formación política liderada, entre otros, por Joan Laporta. Ésta es la prueba definitiva del proceso de italianización de la política catalana. Faltaba el personaje berlusconiano y ya contamos con él. Laporta, como Berlusconi, es un político populista de derechas, preside un club de fútbol del que se aprovecha sin ningún tipo de pudor, tiene debilidad por las “velinas” y sufre de manía persecutoria (lo de la conspiración de las aerolíneas y de las autoridades gubernamentales españolas –Zapatero es un barcelonista confeso- para obligar al avión de Turkish Airlines a parar en el aeropuerto Ataturk en el viaje del Barça a Abu Dhabi es delirante). También, como al Cavaliere, los escándalos persiguen a nuestro peculiar Braveheart catalán. Le deseo que su aterrizaje en la realidad de la confrontación partidista sea menos doloroso que el del referente italiano.

José Domingo
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domingo, 13 de diciembre de 2009

SEÑORES VEAN Y SEPAN DEL OASIS CATALAN

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En Cataluña, y a pesar de lo que es políticamente correcto, son muchas las asociaciones y fundaciones que están en el mismo espacio. Todo ello, a pesar de que para la clase política catalana, los ciudadanos que están en ese magma son trasparentes pues es como si no existiesen. Muchas de estas asociaciones, llevan muchos años plantando cara al nacionalismo dominante, sin subvenciones ni ayudas, vamos “a pelo” que diría el castizo. Es interesante que el resto de España se entere de todo ello, pues parece que al periodismo subvencionado no le interesa. Entre ellas, y si me olvido alguna que me perdonen, están:

Asociación por la Tolerancia:
http://www.tolerancia.org
Impulso Ciudadano:
http://www.impulsociudadano.es
Alternativa Ciudadana Progresista (Barcelona):
http://www.alternativaciudadana.es
Convivencia Cívica Catalana (Barcelona):
http://www.convivenciacivica.org/
La Cervantina (Barcelona):
http://www.cervantina.org/princ/
Fundación para la Defensa de la Nación Española:
http://www.nacionespanola.org/
Federación de Casas Regionales y entidades culturales de Cataluña:
http://www.casasregionales.org/
Federación de Asociaciones Americanas en Cataluña:
http://www.fasamcat.com
Asociación Ciutadans de Catalunya:

Todas estas asociaciones, y alguna más han batallado durante años primero contra el nacionalismo burgués de Pujol y después contra el nacionalismo progresista e independentista del tripartito. Se logró un gran triunfo al meter a tres diputados en el Parlamento de Cataluña; para no faltar a la verdad a dos históricos Domingo y Robles, y a un recién incorporado Rivera (que parece que por un tema alfabético fue el primer presidente del partido CIUDADANOS). Ya saben la historia y lo que significó el factor humano en el caso de este último, cuando la persona se coloca por encima de la idea y de la ideología.

Cataluña, según las fuerzas políticas representadas en el Parlamento, se divide en nacionalistas, federalistas, independentistas, y no nacionalistas o constitucionalistas. Lo del eco-socialismo me parece una broma, antes en Cataluña había comunistas con todas las letras, ahora parece que no.

Las ideologías en Cataluña tienen un estigma. El nacionalismo, primero ha de ser nacionalista, y luego los otros ismos: socialismo, comunismo, liberalismo, centrismo, ecologismo etc. Aquí no vale primero soy socialista o lo que sea y luego nacionalista. Es difícil pero se entiende. Los que han escogido la primera opción están el poder durante muchos años, casi toda la vida democrática catalana.

Hay otra división muy curiosa entre los políticos catalanes, según mi opinión, unos son los vertebrados y otros los invertebrados. Como recordamos de nuestra época de estudiantes:
Los vertebrados son un grupo de animales con un esqueleto interno articulado, que actúa como soporte del cuerpo y permite su movimiento. Esa es la exacta definición del poder en Cataluña y lo ha sido durante toda la vida democrática de Cataluña.

En cambio, los invertebrados carecen de columna vertebral y de esqueleto interno articulado. Esto constituye una exacta definición de los no nacionalistas y ejemplos los hay y muy cercanos.

Ya saben la misma zoología lo define así, aceptémoslo son superiores los animales vertebrados a los invertebrados.

Doy mas abajo las características, que espero no molesten mucho, de los dos tipos de ciudadanos catalanes, pero ojo que hay muchísimos más; no me gustaría poner etiquetas dogmáticas, tan solo es una opción con ironía.

VERTEBRADOS:

Nacionalistas, independentistas, catalanistas, auto-deterministas, federalistas, de derechas , de izquierdas, de centro, apolíticos, sin ideología, del Barsa, del Español y del Madrid, ricos, burgueses, trabajadores, nacidos en Cataluña y fuera de Cataluña, empleados públicos, autónomos, empresarios, trabajadores, saben, no piensan, no critican, no lo entienden, les da igual, tienen poder, deben su puesto de trabajo, tienen miedo a perderlo, están colocados o enchufados, algunos viven del cuento, se creen superiores al resto de españoles, les roba ESPAÑA, hacen no se quién que les da asco todo lo español, los toros, la literatura española, odian a Madrid, siempre se comparan con ella, les encantan los mossos, les chiflan los extranjeros que hablan catalán, están en sus tronos, no critican a sus chorizos catalanes, es culpa de España o Madrid, nunca llegan a su Sinaí, creen que son más que los invertebrados aunque estadísticamente son menos, equiparan la corrupción a la presunción de inocencia, no compran si pueden libros en castellano, ni productos editoriales en esa lengua, el TOM TOM el navegador del coche lo prefiere en francés que en español, sólo ven TV3, solo ven teatro en catalán, la zarzuela no les gusta mucho, odian al PP y a CIUDADANOS, sólo consumen vinos y cavas catalanes, sólo productos alimenticios catalanes, la cerveza ha de ser catalana, la música sólo en catalán , los cines sólo en su lengua.

Perdonan cualquier cosa de sus lideres políticos, incluso el choriceó, quieren jueces y fiscales catalanes, también Hacienda catalana, muchos y muchos viven bien de las subvenciones, multas lingüísticas por el rotulo o letrero del negocio o la empresa en español, dan millones para el catalán en Francia (aunque se hagan clases en Cataluña en barracones), para amigos y de la cuerda buenos sueldos dietas y complementos en sus embajadas, tarjetas de crédito a usar sin restricciones, podemos ver por TDT las cadenas de los países catalanes, Mallorca, Valencia, no podemos ver la andaluza, la gallega, la de Madrid, la del País Vasco,


INVERTEBRADOS

Españolazos, españolistas, fachas, de derechas, de izquierdas, de centro, apolíticos, sin ideología, del Barsa del Madrid, del Español, ricos, burgueses trabajadores, nacidos en Cataluña y fuera de Cataluña, empleados públicos, autónomos, empresarios, trabajadores, van a su bola, individualistas, no quieren tener líder, tienen a sus hijos en inmersión lingüística en catalán, no les une nada, critican todo y a todos, no les convence nadie, no se movilizan ni para Dios, cuando votan al PSC se creen algunos que votan a Felipe González, no tapan a un chorizo ni corrupto, no se afilian a partidos o sindicatos, tiene buenas relaciones con España y el resto de españoles, no se creen superiores, les encanta la guardia civil, como amigo prefieren un buen catalán que uno de su tierra, no les gusta que los compadezcan, ni que los quieran nacionalizar, ni que se les imponga una lengua, una cultura, una forma de ver la vida, respetan las otras formas de verlo, algunos lucharon contra Franco y a favor de la lengua catalana, a veces se sienten solos cuando en numero son mas que los vertebrados, también, les da lo mismo leer en catalán o castellano, ven todos las emisoras de TV, compran libros en cualquier idioma, y periódicos también alguno lee LE MONDE, les encanta todo el teatro, les chifla la zarzuela, incluso algún despistado vota a Cardo, consumen vinos cavas y champañas de todo el mundo, consumen productos alimenticios de cualquier lugar, cualquier cerveza, no perdonan al chorizo y corrupto aunque sea catalán, les da igual dónde hallan nacido, quieren buenos jueces y fiscales, y Hacienda lejos, de subvenciones para ellos ni un céntimo de euro, multas lingüísticas todas, tarjetas de crédito las propias ninguna del gobierno, ni ayudas, ni dietas, ni TV autonómicas en TDT, la andaluza, la gallega, la de Madrid, la del País Vasco.


Después de esto y conociendo que los mejores nos dejan pronto, lo digo por mi profesor en los años universitarios, que despertó en mi la política, la igualdad y la libertad, mi maestro en política. Pues tampoco era querido por los vertebrados, a pesar de lo que hizo por Cataluña, España y por las libertades de todos nosotros y de las nuevas generaciones. Él lo dejo escrito en sus libros y explicó didácticamente que podemos, vivir y convivir todos empleando la fórmula mágica de la democracia: el respeto a las leyes y a las reglas de juego democrático.

Acabo pidiendo a las nuevas generaciones de ciudadanos que lean y comprendan a este ciudadano Jordi Solé Tura, que empezó de panadero en su pueblo Mollet del Valles, llegó a catedrático y a Ministro y en los años del duro franquismo algunos lo oíamos a altas horas de la noche por la radio desde Bucarest, emitiendo como Radio Pirenaica. El domingo, aniversario de la Ley de Leyes, me desplacé al Salón Sant Jordi, para darles personalmente el pésame y pude abrazar a su viuda y a su hijo Albert, gran persona con un padre único y que por merito propio ya ha entrado en la Historia de España. Tengo la leve sospecha que el pensamiento de mi profesor se enseñará en las escuelas españolas y si no fuera así, la historia nos juzgara………….QUÉ PAÍS.
Antonio Pavón
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jueves, 10 de diciembre de 2009

EL TIBURÓN Y LOS PECES PILOTO

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La subvención de los medios de comunicación públicos es, hasta cierto punto, razonable, al cabo, son medios de titularidad estatal o comunitaria y la Administración vela por ‘sus’ intereses y, colateralmente, por una información cuyas fuentes no dependan exclusivamente de los magnates de la comunicación. Esto lo hacen o lo han hecho todos los gobiernos. Financiar a fondo perdido, como se hace en Cataluña, los medios privados, cuya propiedad como es evidente no es pública, es una cosa muy distinta, descartado el fomento de la pluralidad de fuentes, sólo cabe relacionarla, forzosamente, con el intento por parte de la Administración de su domesticación y pastoreo. Si, hasta ahora, el éxito del amaestramiento pasaba más o menos desapercibido, después del “editorialazo” la situación queda meridianamente clara: defunción de la independencia y pluralidad informativa por cambio de rol de los medios, que pasan a ser medios de propagación en lugar de comunicación.

Ésta no es una prostitución forzosa puesto que no siempre pago significa venta, ahí estaba la opción, el periodismo debe ser audaz y valiente si quiere ser periodismo y la elección no ha podido ser más contraria a su fundamento, a su consustancia. La sociedad catalana no necesita más portavoz del gobierno que el oficialmente existente, de ahí que la credibilidad de los medios que han hecho de mecanismo de transmisión de las directivas que emanan del Palau de la Generalitat haya quedado en entredicho y malparada. Esta servidumbre es causa en este asunto, además, de un efecto perverso, la presión, incluso podría decirse coacción (como se desprende de algún párrafo del editorial) sobre el Tribunal Constitucional, intolerable para cualquier democracia que se precie de serlo.

Por otra parte, la adhesión masiva al editorial, como pregona el catalanismo, no es tal, son los mismos de siempre, las plataformas, asociaciones y entidades subvencionadas y algún que otro chantajeado emocionalmente que, atrapado entre la espada y la pared, difícilmente se atrevería a significarse.

Una vez más el nacionalismo tritura la libertad de expresión y el derecho a ser informado pluralmente, se hacía en el anterior régimen mediante imposición y, se hace en éste, mediante compra, que es un modo más suave de imposición. Por eso, ¿quién le pone el cascabel al gato? ¿quién se arriesga a no seguir el juego y quedarse sin los pingües fondos de la subvención? dadas las circunstancias, el editorial de los ‘doce apóstoles’ es un editorial de conveniencia mutua, pura simbiosis entre tiburón y peces piloto, éstos comen y aquél se deshace de la podredumbre de sus dientes, ¿qué mayor satisfacción puede haber, para un gobierno, que la unanimidad de los periodistas en cuanto a su gestión? El súmmum de la felicidad del político, ¡el éxtasis!, de ahí tanto parabién y tanto sentirse orgulloso como prácticamente la totalidad de la clase política catalana ha expresado.
5-12-2009 A. Sánchez Ponce
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domingo, 6 de diciembre de 2009

LOS OLVIDADOS

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Tradicionalmente el Estado del Bienestar es aquel que ha ido dotando a sus ciudadanos, a la gran mayoría de sus ciudadanos, de un amplio marco de derechos y de la satisfacción de perentorias necesidades, con lo cual se ha ido facilitando el acceso de todos al bienestar en todos los campos de la necesidad humana.

En nuestro país, el Estado del Bienestar ha dejado al margen a amplias capas de la población y, en los últimos tiempos, el bienestar más general se ha limitado tanto que alcanza solo a algunas capas de esa población.

Esta crisis, que no sé si nuestros gobernantes con su impericia, su negligencia o su ambición han podido provocar pero que sí estoy segura de que no saben resolver, arrastra a la pobreza cada vez a mayor número de colectivos y de ciudadanos. Nos estamos quedando sin clases medias que, súbitamente empobrecidas, caminan hacia la destrucción sin remedio de su propio tejido social.

Hoy que las empresas cierran, despiden empleados y dejan de pagar a sus acreedores; hoy que las empresas, base en la que se asienta la economía occidental, no venden apenas; hoy que el comercio se paraliza y las existencias crecen y crecen sin salida posible; hoy que nadie compra nada porque casi nadie tiene dinero para comprar y porque el temor y la inseguridad se han apoderado de los que aun disponen de él; hoy, crece y crece también el número de los que poco o nada tienen, de los olvidados del Estado de Bienestar.

En las grandes barriadas de los arrabales de la ciudad, en los barrios marginales de todas y cada una de nuestras poblaciones, crece la pobreza, el desempleo, la inseguridad y la violencia. El Estado del Bienestar ha desaparecido y ha dejado tras de sí un ejército de huérfanos.

Estos desheredados de la tierra pululan por aquí y por allá en silencio, ignorados por la España oficial.

Los bares-tugurio se llenan desde primeras horas de la mañana. Resignados a una suerte incierta, jubilados y parados matan la preocupación en juegos de dominó y en carajillos de ánimo corto y largo olvido.

Las puertas de los mercados se hallan llenas de gentío. Hombres jóvenes y no tan jóvenes pululan por allí. Dentro, cada vez menos personas compran lo que cada vez es más barato para que alcance a abastecer la necesaria mesa sostenida cada vez con mayor exclusividad por la escuálida pensión de la abuela para un cada vez mayor número de comensales.

Las colas del paro crecen y crecen, y crece, asimismo, el número de los desesperanzados que ya no van a la cola del paro. Crecen y crecen las visitas a la estrecha y oscura oficina de los Servicios Sociales, y crece y crece la ausencia de respuestas a las peticiones formuladas.
Una ONG de tradición, Cáritas, recupera hoy para miles de ciudadanos abandonados la última esperanza de alguna ayuda, secreta para el entorno, que permita la subsistencia unos días más. Y es que la pobreza avergüenza.

Cada vez hay más gente en los servicios de los hospitales porque la enfermedad crece junto a la pobreza y cada vez hay más gente que renuncia incluso a eso, y sobrelleva o se abandona en la soledad de sus casas a una penuria olvidada por el ya también casi olvidado Estado del Bienestar.

Silenciosos grupos de subsaharianos cruzan cada día escalera en mano, o sin ella, por las pinedas de los barrios residenciales. No hablan ni piden nada. Son apenas sombras. Tratan de conseguir las piñas de los pinos que les serán compradas por no se sabe quiénes al precio de algunas monedas, las que precisan para matar el hambre cada día. Viven bajo unos plásticos habilitados como vivienda en los campos de la periferia, sin agua ni luz, sin higiene, con la salud incierta que da la biología y la suerte, sin trabajo, sin familia, sin dinero, sin amigos, sin papeles, sin futuro… El Estado del Bienestar nunca les acogió y en estos momentos de necesidad son contemplados por los pobres nacionales como enemigos con quienes se ven obligados a compartir algo. Y crece el racismo.

Los Bancos han sacado a la venta a través de determinadas inmobiliarias los centenares de pisos arrebatados o abandonados por quienes no podían ya pagar sus hipotecas. Muchos de estos antiguos propietarios, sin trabajo y sin dinero, han abandonado un piso que no podían pagar ni sostener, han entregado las llaves al Banco y, liberados mentalmente de lo que no podían soportar, han vuelto a sus orígenes, allá, en el pueblo donde el abuelo aun conserva una casa, o más allá en el país de origen, abandonando aquí el sueño de una nueva y mejor vida que les trajo un día lejano.

Solo los funcionarios callan y conservan su, para algunos exiguo tesoro, amparados por sindicatos de castas y reivindicaciones económicas que han abandonado descaradamente a otros colectivos. Y allí, algunos precariamente resguardados, otros muchos, generalmente los de escalafones inferiores, con escasa holgura, son sabedores de cuanto hay detrás del muro; otros, situados más arriba, permanecen ajenos, como siempre, a todo lo que esté al margen de su propia seguridad, su propio confort, su propio bienestar; algunos pocos aplicándose más que nunca a un servicio público que cada vez sirve menos y peor.

Allá lejos, muy lejos, casi perdido, el Estado del Bienestar.

Pero en la España oficial interesan otros temas:

Acabamos de descubrir que la salida de la crisis pasa por la Ley de Economía Sostenible, última ocurrencia de nuestro sin par Presidente para cambiar el modelo económico español que nos sacará a todos de esta crisis mortal en que nos ha sumido el cambio climático. ¡Y el resto de Europa, sin enterarse ni de las causas de la crisis ni de la “receta” para salir de ella!

También en el Congreso, los que nos representan a todos, han estado estos días muy atareados. Han estado ocupados en aprobar, a instancias de ERC (en pacto con el PSOE), una cuestión de la máxima urgencia: instar al Gobierno a retirar los crucifijos de las escuelas. Y es que ofuscados, como estamos, por menudencias, ¡ni nos habíamos dado cuenta de que estaban ahí! Ellos sí, los padres de la patria, atentos como están siempre a las necesidades de esos hijos a los que representan sí han advertido con prontitud cuales son ellas y se aprestan a satisfacerlas. ¡No más crucifijos en las escuelas¡ ¡Que se preparen los Belenes y otras manifestaciones de nuestra historia cultural!

Y en la Cataluña oficial pasa otro tanto.

La prensa, esa prensa cuyo deber primordial debería ser informar, urde, trama, se compincha bajo auspicios sospechados y se sube al carro político para agradar a sus benefactores (aquellos de quienes recibe subvenciones, anuncios y suscripciones) y dar por sentada una afrenta a la “dignidad” de la entelequia en la que, queramos o no, nos meten a todos sin pedirnos permiso e ignorando por completo la otra dignidad, la de aquellos otros ciudadanos de Cataluña sumidos en el abandono, la necesidad y la ausencia de derechos. Y es que, ya se sabe, lo importante es lo importante. Y lo otro no lo es.

Y entre lo importante está el “fer costat” a los amigos. La clase dirigente silencia e ignora todo cuanto le es posible los últimos escándalos de corrupciones aun no cerrados, casos Palau, caso Pretoria, ¡ya ni hablamos del tres por cien!… Todos los imputados y sospechosos de los mismos configuran una larga lista de pertenecientes a la casta dirigente de esa Cataluña tan digna que excluye de su seno y arroja de su amparo la dignidad de tantos de sus ciudadanos… Todos ellos miembros de esa unida clase dirigente que se apoya y se protege. Por eso, nadie sabía nada o alguien, tal vez muchos, cerraron los ojos para no advertirlo. Nada sabían y nada percibieron; los tenían al lado pero nada advirtieron antes y callan ahora tratando de salvar el prestigio de la casta.

Mientras tanto, gran número de municipios catalanes se suman a un ridículo referéndum orquestado por unos poderes públicos que no hallan causa de preocupación en la situación de los colectivos y los individuos de la Cataluña real.

Esto es cuanto interesa a la oficialidad y de cuanto se hacen eco los periódicos.

Lo otro, lo de más arriba, ni es de interés ni merece la atención de la prensa, ya sabéis, carece de “dignidad”, de esa “dignidad” que sí tiene esa irreal, arbitraria e inhumana Cataluña que se están inventando unos pocos...

María José Peña
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miércoles, 2 de diciembre de 2009

NACIÓN Y LIBERTAD (I)

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Cuando los padres de la patria de los Estados Unidos de Norteamérica redactaron la Declaración de Independencia, no apelaron para legitimar su separación de Gran Bretaña a una identidad nacional basada en una historia común de las colonias que se alzaron en armas contra la metrópoli, ni a ninguna particularidad cultural o étnica que las legitimase en su aspiración a constituirse en una nación, ni por supuesto a una lengua propia, puesto que la población de las colonias era muy mayoritariamente de habla inglesa. Sus motivos para declararse independientes fueron, en sus propias palabras, la defensa de dos principios universales que estaban siendo conculcados: la igualdad de todos los hombres y la existencia de derechos inalienables, como el derecho a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad. La Declaración sostiene “que cuando quiera que una forma de gobierno se haga destructora de estos principios, el pueblo tiene el derecho a reformarla o abolirla e instituir un nuevo gobierno que se funde en dichos principios, y a organizar sus poderes en la forma que a su juicio ofrecerá las mayores probabilidades de alcanzar su seguridad y felicidad.” Es decir, la nación que con el tiempo llegaría a ser la más poderosa del mundo nació con el fin de defender la igualdad, la libertad y los derechos fundamentales de sus ciudadanos.

Como consecuencia de ello, más de doscientos treinta años después, los ciudadanos de esa nación siguen imbuidos de un amor a la patria que en Europa es a menudo incomprendido y ridiculizado. Somos pocos los europeos que reconocemos en ese orgullo por la bandera, el himno, las instituciones y los héroes la herencia viva de aquella afirmación de la libertad y la dignidad del hombre.

Unos treinta años después de proclamarse la independencia de los Estados Unidos sobre los fundamentos de la igualdad y la libertad, Johann Gottlieb Fichte pronunciaba desde el corazón de la vieja Europa, en el Berlín ocupado por las tropas napoleónicas, sus célebres Discursos a la nación alemana. En el octavo de esos discursos, afirmaba que “la tendencia natural del hombre es tratar de encontrar el cielo ya aquí en la tierra y diluir lo eternamente duradero dentro de su trabajo terrenal de todos los días”, y que pueblo y patria son “portadores y garantía de la eternidad terrena” y “aquello que puede ser eterno aquí en la tierra”. Notamos enseguida la diferencia fundamental entre esta afirmación de la grandeza de la nación y aquella otra que alumbró a los Estados Unidos de Norteamérica: donde allí había vindicación de la libertad y los derechos del individuo traicionados por la corona británica, aquí encontramos una apelación a un destino común, universal y trascendente del pueblo. ¿En qué pensamos al oír hablar de la “eternidad terrena”? Evidentemente, en el cielo en la tierra, el paraíso terrenal.

Tal vez a pesar del propio Fichte, el cual, como veremos en una próxima entrega de esta serie, fue realmente un defensor de la libertad, los nacionalismos que durante los últimos doscientos años han, primero, construido y, después, asolado Europa se han alimentado de esta última concepción de la patria “como aquello que puede ser eterno aquí en la tierra”. De ahí nacieron los movimientos de unificación de Alemania e Italia; pero también con esa promesa de traer el cielo a la tierra se cometieron los incontables crímenes del comunismo, el nazismo y el fascismo, las tres principales ideologías que en el siglo XX anularon la persona en aras de un proyecto de ingeniería socialnacionalista.

Karl Marx decía que, si fuera cierto que la historia se repite, lo que primero se presenta como tragedia, después se repetiría como farsa. Por una vez, parece que acertó en sus predicciones. En una sociedad en la que la cultura dominante ha prescindido de toda trascendencia y que se centra en lo superficial, lo pasajero, la mera apariencia y la voluntad individual, el amor a la patria se torna absurdo o incluso insufrible, por cuanto pone a esa sociedad ante su propia futilidad. El vacío que deja la ausencia de un gran ideal de patria se llena entonces con el retorno al refugio del clan, de la tribu, bajo la forma de los nacionalismos separadores, construidos sobre la base del rechazo al todo integrador. Por eso estos nacionalismos que ahora corroen la vieja nación española se empeñan en reescribir la historia: quieren fundar en un pasado imaginario esa “garantía de eternidad terrena”, y a cambio exigen a las personas miedo y sometimiento, porque nacen de la negación del otro y la mistificación de la propia grandeza. Prometen la libertad del pueblo, y a cambio sacrifican los derechos y las libertades de los ciudadanos, porque los consideran súbditos, meros instrumentos al servicio de la construcción nacional.

La libertad nunca se construye sobre la mentira.
Francisco González
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domingo, 29 de noviembre de 2009

LA EXPULSIÓN DE LOS MORISCOS e IDENTIDAD vs. ENTIDAD

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LA EXPULSIÓN DE LOS MORISCOS

Érase que se era –no se me ocurre mejor manera de comenzar que usando una fórmula típica de cuentos- un señor Presidente que, de tan señor o de tan Presidente como se sentía, al echar la vista atrás en su delirio de desfacer entuertos históricos, vino a deparar en que debía reparar una gran afrenta histórica, acaecida 400 años atrás, allá por el reinado de Felipe III: la llamada EXPULSIÓN DE LOS MORISCOS. Y es que eso de expulsar, para un señor que se expresa a golpes convulsivos de razón, está muy feo.

En principio, no podemos decir que sea bonito eso en enviar a procelosos confines a gentes cuyas familias han permanecido varios siglos instalados en un lugar. No. Pero, ardua faena se a buscado el egregio presiente en eso de buscar a egregios descendientes. ¿No sería de más recto proceder empezar por enderezar las cosas que nos afectan a los ciudadanos de hoy en día? Por ejemplo: ¿Por qué se empeña en ser cómplice de una expulsión física de los “espanyols” de Cataluña (muchos no pueden soportar la presión y están volviéndose a su lugar de origen, o de la otra expulsión, la que les desposee de sus derechos de ciudadanía, aunque permanezcan, fiambrera bajo el brazo, en los puestos de trabajo que no pueden dejar?

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IDENTIDAD vs. ENTIDAD

¿Cuál puede ser el motivo por el que todos los periódicos subvencionados de Cataluña hayan coincidido en el editorial? Sólo espero que para esta pregunta haya tantas respuestas como individuos la quieran contestar.

Para mí, debe de tener una relación directa con alguien de coincidente conversión; alguien que, tras caer de su caballo expelido por una impertinente luminosidad llegada a través de un rompimiento de cielo, ha visto el cielo, y en éste, escrito con letras de fuego-sangre el lema; “In hoc signo vinces”; alguien que, previamente a su metamorfosis, jamás estuvo por la labor de aprender la legua de su revelación, la lengua de allende los cielos (¡oh, cielos, qué horror!)... alguien al que, una vez ya apaciguada su alma, y con la llave de la caja en su bolsillo, siente la imperiosa necesidad de fomentar una identidad compartida, muy en contra de cualquier entidad personal. Y, “pasta” en ristre, vaya si lo ha conseguido; por lo menos, entre aquellos a quienes les ha sufragado el megáfono y la suculencia, por la módica de ¡MÁS DE UN MILLÓN DE LOS ACTUALES EUROS, PER CÁPITA o CABECERA!; que no es moco de pavo.

Si Hamlet fuera catalán –cosa nada descartable, lo mismo que Elvis o Colón-, seguramente se preguntaría: “Identidad o entidad... ¿dónde está la subvención?

En resumen: Una chiquillada; quienes han obrado de la misma manera que podrían hacerlo un grupo de parvulitos en el patio de su escuela, no merecen más consideración intelectual que estos... Y se arrogan la representación total de Cataluña los muy... piiiippp (pitido censor).
Juan Alonso

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jueves, 26 de noviembre de 2009

ESA PECULIAR FORMA DE GOBIERNO

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“No hay más Castilla, si no más guerra habría”.
Fernando del Pulgar


Después de un prolongado silencio, el Gobierno alberga fundadas dudas sobre la constitucionalidad de ciertos aspectos de la Ley de Educación de Cataluña (LEC). No es que pretenda presentar recurso de inconstitucionalidad, no, que para ponerse a mal con el nacionalismo ya está el PP (amén de la inconveniencia de irritar al tripartito), sino que, más bien, su deseo es abrir una serie de encuentros con la Generalitat en los que cada parte explique su postura, mediante escenificación, para luego aplicar lo que quiere el Gobierno regional, y mantener así, el estatus de ‘Gobierno amigo’ del catalanismo que tantos réditos políticos le ha comportado. Y no es que esto lo diga yo, es el mismísimo consejero de Educación de la Generalitat, señor Maragall, quien lo explica al afirmar que el Gobierno Central tiene la “firme voluntad” de no presentar recurso de inconstitucionalidad a la LEC. El socarrón Maragall se permite el lujo, además, de ironizar sobre la lentitud del TC (que tan bien le ha ido al Gobierno al que pertenece, por cierto) para dictaminar sentencias y, en alusión directa al recurso presentado por el PP, manifestar, con toda la sorna de que es capaz que "cuando el Constitucional dictamine la sentencia, la educación catalana ya habrá cambiado". Así de fácil es, para algunos, saltarse la ley en España y, en eso, el Govern es tremendamente experto.

A pesar de la teatralidad con la que se quieren envolver los contactos, no deja de ser una bajada de pantalones y un sapo difícil de tragar para ciertos sectores de la izquierda española (los más críticos con la ‘nueva izquierda’, por decirlo con palabras de Leguina, y algunos más), que ven, con incipiente hastío, cómo sus socios catalanes generan una disputa más a añadir a la lista, ya excesivamente larga: la temeridad de la que hicieron gala al reformar el Estatuto, el quasi cisma -finalmente abortado- entre socialistas andaluces y catalanes por la financiación autonómica, las estrafalarias amenazas de desacato a la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto, las continuas advertencias sobre el voto rebelde en el Congreso y la independencia del PSC respecto del PSOE y la vulneración, una vez más, de la Carta Magna por parte de la LEC, son una breve muestra de ello.

Sin embargo, a quien más afecta e incomoda esta peculiar forma de gobierno, generación un problema donde no lo hay y resolución chapucera, es a la sociedad catalana. Es notable la predisposición del tripartito a abrir conflictos entre catalanes y entre catalanes y el resto de españoles, perdonarán, pues, ustedes que copie a Fernando del Pulgar y afirme que “no hay más tripartito, si no más conflictos habría”; causa esa, sin duda, de la creciente abstención en las distintas consultas electorales que se han sucedido últimamente en Cataluña. ¡Y luego, como las falsas plañideras, se rasgan las vestiduras!


10-11-2009 A. Sánchez Ponce
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sábado, 21 de noviembre de 2009

ACOGER AL EXTRANJERO

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Antes de finalizar el 2010, Cataluña tendrá la primera Ley de acogida de inmigrantes que se apruebe en España. Al margen de los conflictos competenciales que puede generar -el Estado tiene competencias exclusivas sobre inmigración y extranjería según el artículo 149.1.2 de la Constitución-, lo más preocupante es que el tripartito y CiU pretenden con esta ley fijar un marco propio de relaciones con el inmigrante al margen del espacio común español.

Probablemente García Márquez y Vargas Llosa no se hubieran establecido en Barcelona si para ser ‘acogidos’ hubieran tenido que superar las pruebas que la ley exige a los extranjeros. El certificado acreditativo oficial por el que se reconoce el arraigo acredita competencias lingüísticas básicas en catalán y el conocimiento de los rasgos básicos, históricos y geográficos de la sociedad catalana.

Es, cuanto menos, discriminatorio que se obligue al recién llegado a aprender primero el catalán y no se le deja libertad alguna para decidir en qué lengua debe ser acogido. El inmigrante es quien mejor conoce su proyecto vital y por ello debe ser él el dueño de su destino.

La intención del Gobierno autonómico de Cataluña no es preparar al inmigrante sino salvar un modelo carca de identidad catalana. En el colmo de los desvaríos, la ley prevé que en los servicios de acogida de los ayuntamientos también se impartirá la formación ‘nacional’ a los españoles procedentes de fuera de Cataluña. Los encargados de darla serán -tienen todos los números- las asociaciones habituales encargadas del adoctrinamiento nacionalista.
José Domingo
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miércoles, 18 de noviembre de 2009

SOCIEDAD CIVIL Y PATRIOTISMO CONSTITUCIONAL

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La aprobación del Estatuto de Cataluña de 2006 marcó un punto de no retorno en el sistema político vigente en España desde la entrada en vigor de la Constitución de 1978. La ley ha sido violentada hasta el punto de que en Cataluña ya no nos amparan los derechos y libertades reconocidos en la Constitución española, que sigue vigente de iure, pero ha sido abolida de facto, y así seguirá aunque el Tribunal Constitucional diga lo contrario, si es que algún día de estos dice algo.

Los estatutos de Impulso Ciudadano establecen como fines de nuestra asociación promover y defender el pluralismo político, ideológico, lingüístico y cultural en España, defender los valores contenidos en la Constitución, fomentar la cohesión y las relaciones entre todos los ciudadanos y comunidades e impulsar las medidas necesarias para la mejora del funcionamiento y la racionalización de las administraciones públicas. En cualquier democracia avanzada, estos fines serían los de los grandes partidos políticos nacionales. ¿Por qué en España necesitamos una organización cívica que los defienda? La razón es que, para ello, no sirven ya los esquemas en los que se mueven las dos fuerzas políticas mayoritarias (conscientemente decimos fuerzas y no partidos, porque los socialistas no están constituidos en un solo partido nacional, como muy bien sabemos los catalanes, y el Partido Popular hace tiempo que cruzó todas las fronteras del respeto a sus votantes y a sus principios), ni sirven sus mediocres dirigentes, cortos de miras, ayunos de ideas y ahítos de consignas al servicio de su ambición, ni sus organizaciones burocratizadas, que los convierten en partidos de empleados en busca del sillón, la sinecura, la mamandurria, el chupar del bote y todas las demás variantes con que se recompensa el “sí, señor” y el “mande usted”.

Ha llegado la hora de que una oleada de patriotismo constitucional conciliador reconduzca la deriva desintegradora que se ha apoderado de España en los últimos treinta años. La sociedad civil debe retomar el espacio público, la calle, las instituciones políticas, los medios de comunicación, las escuelas y universidades, las iglesias, los sindicatos y las organizaciones de profesionales y empresarios, para afirmar su voluntad de ser y de decidir su destino, para poner fin a los proyectos de ingeniería social y de imposición de identidades colectivas que día tras día sacrifican los derechos de las personas en aras de unos supuestos derechos colectivos.

A tal fin, es urgente que las organizaciones cívicas defensoras de la legalidad y la libertad superen sus diferencias, a menudo personales más que ideológicas, y unan fuerzas en un empeño positivo, poniendo en segundo plano su larga trayectoria de acciones a la contra, necesarias para denunciar los atropellos, pero que no sirven para construir una opción ideológica, política y social alternativa a todas esas otras empeñadas en desvirtuar el estado de derecho: nacionalistas de distinto pelaje, socialnacionalistas y oportunistas de cualquier signo. Es el momento de hacer confluir las líneas de pensamiento y de acción que coincidan en los principios fundamentales de defensa de la Constitución, el estado de derecho, la igualdad de los españoles ante la ley, la lealtad institucional y la libertad y la responsabilidad de los ciudadanos.

Pero no bastará con eso. Para que la justicia, la verdad y la libertad triunfen, hoy más que nunca hace falta despertar, “la pasión por la razón”, ya que esta última está de nuestra parte, sin duda, pero no se abre camino en el espíritu de la mayoría de nuestros conciudadanos, adormecidos y envilecidos por un sistema educativo y unos medios de comunicación al servicio del irracionalismo totalitario moderno, empeñado en crear hordas de caprichosos irresponsables, sentimentales, permanentemente insatisfechos y, por ello, fácilmente manipulables mediante la política del palo, la zanahoria y el pesebre que impera en una España convertida en cuadra por obra y gracia del neocaciquismo autonomista.
Francisco González
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domingo, 15 de noviembre de 2009

LISTAS ABIERTAS: COTO A LOS LISTOS

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Una de las consecuencias que la corrupción oreada estos últimos días en Cataluña ha provocado es la de retomar el debate sobre la necesidad de que el Principado tenga, de una vez por todas, su propia ley electoral. Bienvenido sea ese debate, más por las interesantes deliberaciones que las diferentes posturas susciten que por la influencia que, en la corrupción, pueda tener el sistema electoral que se utilice, como se ha querido ver por parte de algún sector de la clase política.

Centrándonos en el sistema de listas: ¿abiertas o cerradas? la controversia, pues, está servida. Y son dos pesos pesados del socialismo catalán, el Conseller de Economía, Castells y el President de la Generalitat, Montilla, los primeros que, en ese terreno de juego, han apuntado sus maneras. Castells, que ha rechazado avalar de forma directa las listas abiertas, se decanta, de forma velada, por ellas, “Estoy totalmente a favor de que se singularice el valor individual del diputado”, contrariamente y sin ambages, Montilla, no es partidario de las listas abiertas, “entre otras cosas porque, seguramente, esto no necesariamente seleccionaría a las personas más capaces” y, además, enfatiza, “nuestro sistema de partidos políticos no es tan fuerte como para que lo debilitemos…un sistema democrático con unos partidos débiles acaba siendo una democracia débil, y de esto, también hemos de aprender”.

Discreparemos, aquí, de las palabras del President. Las listas abiertas, en cuanto que ofrecen mayor posibilidad a los electores de configurar la composición de las Cámaras -que son las que finalmente tomarán las decisiones que afectarán a todos- acercan e implican más a los ciudadanos con la política y sus representantes, un modo más elegante y lúcido de expresarlo es el del profesor Félix Ovejero, “…la ley justa, garantía frente al poder arbitrario, sólo puede ser el resultado de una democracia máximamente participativa…”. Si bien es cierto que las listas abiertas no garantizan la elección de los más preparados y válidos, las listas cerradas tampoco lo hacen y, además, añaden el riesgo de que los integrantes de la lista sean los que mejor saben manejarse en las triquiñuelas y subterfugios del aparato del partido, los que son acríticos con la dirección de éste y los meros satélites del líder, aunque no sean los más capacitados para la gestión política.

El razonamiento de que el sistema de partidos políticos no es tan fuerte para que lo debilitemos, tiene endebles cimientos. No es cierta la premisa de que la fortaleza de los partidos vigoriza la democracia y, además, confunde partido con cúpula de partido; la experiencia que tenemos en España –la cruda realidad- nos enseña todo lo contrario: la fortaleza de los partidos, mejor dicho la fortaleza de sus cúpulas, favorece la partitocracia que es, por definición, la tiranía de la dirección de los partidos. Las listas abiertas no debilitan a los partidos, más bien los dinamizan y fomentan el debate político público y, a la vez, interno del partido, en definitiva, los enriquecen. La inferencia de que un sistema democrático con partidos débiles acaba por debilitar la democracia ha de justificarse y, a mi modo de ver, es, cuando menos, temeraria, que el elector tenga la posibilidad de decidir a la persona concreta a quien votar -a su diputado- fomenta la democracia participativa -que es la forma de democracia más pura-, la potencia y endurece.

Dice el de Iznájar que hay ejemplos de países que han hecho mal uso de las listas abiertas, podría ser, pero también los hay, como Finlandia, ejemplo y paradigma de sociedad avanzada, que obtienen buen provecho de esta modalidad electoral.

Concluyendo la apología: las listas abiertas cierran el paso al sistema clientelar, que es la forma más habitual de confeccionar las listas por los partidos, y pone coto a los listos, juntamente, promueven una competencia positiva entre aspirantes al poder político y dejan la decisión, en última instancia, en manos de la ciudadanía, con la consecuente mejora de la calidad democrática de la sociedad. A mi modo de ver, sólo aquellos incapaces e inseguros, los que utilizan las listas como medio de pago a los servicios personales prestados, los que prefieren el desierto para que nadie les haga sombra o aquellos que tienen miedo de la decisión del pueblo -imposible de enjabonar y adular- pueden estar en contra de dicho sistema. ¿Será ese el caso de Montilla?
15-11-2009 A. Sánchez Ponce
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miércoles, 11 de noviembre de 2009

LA CIUDADANÍA DEFIENDE LA DEMOCRACIA

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Después de los últimos acontecimientos que nos enseñan la forma de vida de muchos políticos o ciudadanos trincones, he pensado que la ciudadanía debería presentar una iniciativa popular, con las firmas que se precisen y de acuerdo con la legislación vigente.

Esta iniciativa legislativa, que debería cambiar muchas leyes vigentes, se podría dividir en cuatro grandes bloques a desarrollar, discutir y aprobar:

PRIMERO.- No prescripción de los delitos cometidos por los señores políticos, ciudadanos y sus cómplices. Es decir, que si de descubren al cabo de 15 o 20 años unos hechos delictivos, se podrán perseguir y juzgar.
SEGUNDO.-Prisión sin fianza, con un mínimo de un año, sea cual sea la edad del presunto inculpado.
TERCERO.-Inmediato embargo de sus bienes personales y de los de toda su familia, fijando el juez un derecho de alimentos, de acuerdo con su forma de vida, así como privarle de la administración de sus bienes y negocios.
CUARTO.-Si hubiese condena penal, devolución de todos los bienes o dineros distraídos, más sus intereses, estén a nombre de él, de su familia o de sus cómplices. Además privar a todos del derecho a tener propiedades a su nombre durante toda su vida.

Se imaginan que impacto tendría esa Ley entre la ciudadanía. Pero, como dijo el filosofo,”seamos realistas pidamos lo imposible”. Esa Ley o alguna parecida nunca se aprobará en ningún Parlamento, ni será derecho positivo de un código; menudo grupo son esos señores que deberían aprobar esa ley que va contra sus propios intereses.

En cuanto a la actuación de Garzón, ya nos enseñaban en la Universidad lo de la división de poderes. Legislativo, los políticos hacen las leyes. Judicial, los Jueces han de aplicar las leyes aprobadas por los políticos. Por último el Ejecutivo, presenta al Parlamento las leyes, que le interesan como hace el actual gobierno de España, estén o no en su programa electoral y sin importar los sucesos o encuestas.

Parece, sólo parece, que los últimos episodios de alarma social sufrida por la ciudadanía, han sido inducidos o producidos por políticos o personajes que están o han estado en el candelero, y que parecían intocables, pero hay está la Justicia como niveladora de los ciudadanos. Por ello, ha de ser un poder independiente del Estado.

La Ley de Contratos de las Administraciones Públicas debe, necesariamente, ser modificada en profundidad, para que impida comportamientos como los actuales de administraciones y empresas públicas. Estamos en las mismas, los políticos no cambiarán una Ley que les da auténticos beneficios legales o ilegales. No hay político en España valiente que en su programa político se atreva a llevar a cabo las reformas necesarias.

Los detenidos, algunos de ellos inculpados, parece que serían los modelos a imitar, a querer a su tierra, a querer a la honradez, a querer el bien de sus ciudadanos, a querer a su partido, pero por encima de todo a quererse a ellos mismos, y si no tenemos ejemplos.

En Cataluña tenemos una expresión muy típica: "no n´hi ha un pam de net", traduciéndola libremente se podría entender como “que no hay nadie libre de culpa”, lo que es muy aplicable, a lo que está sucediendo. Pienso que "algunos" políticos encuentran trucos para practicar la corrupción, como las facturas falsas, los informes inútiles, los cursos de formación no hechos, las fundaciones, y no hablemos de paraísos fiscales.

Todos los políticos ocupando un cargo deberían poder demostrar que su patrimonio es fruto de su trabajo.

¿Porqué los ciudadanos no organizamos un sistema de denuncia pública de lo que sabemos o conocemos? Si esto sigue así, acabaremos como en Cuba, que funcionan con unos comités de barrio y cuando un vecino vive por encima de sus medios ¡zas¡ denuncia al canto. Y mira que a mí me huele que todos estos casos descubiertos, de derechas, de izquierdas o de apolíticos, se han iniciado vía de la denuncia anónima. Quizá me equivoco, bueno vaya casi seguro me equivoco, pero verdad que seria una buena solución. Cuando un ciudadano, se entere de una distracción, despilfarro, apropiación o como vulgarmente se llama una chorizada, denuncia a la fiscalía, a hacienda o al juez; y, si se demuestra que su denuncia es real, que le premien con un % de lo recuperado.

Faltan asociaciones de vecinos o de barrio que como en los tiempos del duro franquismo salían a la calle a denunciar al poder. Se luchaba por el barrio, el analfabetismo y el paro, ahora debería ser contra la corrupción y el paro; pero las subvenciones se cargaron al movimiento vecinal. Dónde están los sindicatos, ¿por qué no movilizan a la sociedad? También están manchados por la corrupción, el que esté libre de pecado que tire la primera piedra.

Luego los periodistas de este país se llenan la boca hablando de la corrupción latinoamericana, y se olvidan la de aquí; también están subvencionados, ¡qué pena! No saben dónde viven los alcaldes, ni los coches, ni los bienes que tienen; qué fácil lo tendrían y cuánto campo de actuación desaprovechado.

MACIÀ, lastima de la prescripción, que le investiguen de la época que tenía poder y otorgaba muchas licencias entre ellas las del juego en Cataluña, que le pregunte la guardia civil porque no tenemos un hipódromo en Cataluña, no sería por intereses en las apuestas hípicas... Y su esposa, en su época vendiendo todos sus cuadros a buen precio entre otros a insignes compradores Alfonso Escámez, José María Amusátegui, Lluís Pascual Estivill, Hermanos Lao y muchos más.

El Alcalde de Santa Coloma hijo de Blas Muñoz. Industrial y propietario de bloques de pisos en alquiler cerca de 500 apartamentos. Este alcalde sí cree en el progreso: en 15 años de trabajar de dependiente a tener una gran fortuna y vivir en la zona más cara de Barcelona. Que le pregunte la guardia civil sobre las dos últimas promociones de pisos de VPO (viviendas de protección oficial) porque se han otorgado a familias de empleados de altos cargos del ayuntamiento y no se han concedido a los residentes en el pueblo y que son los que realmente los necesitan.

El otorgar a dedo, eso es una forma de progreso también. Y el hermano del alcalde, todo queda en familia, es el presidente de Gramepark (Empresa de construcción municipal) que se han realizado unas recalificaciones escandalosas.

Los socialistas hace 20 años que se están riendo de la clase trabajadora de Cornellà, Badalona, Hospitalet, Gavà, Santa Coloma de Gramanet. No es que usen sus votos para construir la nación catalana, sino mejor, se hacen de oro con los convergentes de toda la vida. Entiendan los lectores no catalanes, hacen negocio los explotadores de los trabajadores, es decir Convergencia, con los explotados, es decir PSC, ¡lo que me quedaba por ver!

Me acuerdo ahora del maestro D. Mamuel Jiménez de Parga y su tesis que los ayuntamientos y autonomías no deberían tener ningún poder en relación al urbanismo que debería ser una competencia exclusiva del estado. Esa cuestión sería otra iniciativa popular, diferente a la mantenida al principio de estas líneas.

Las autonomías se están cargando al país, y si no al tiempo. Vean un ejemplo la “crosta” nacionalista, critica la intervención de la Guardia Civil y que la orden venga de Madrid. Ya ven la importancia del recurrido Estatuto de Cataluña, ¿se imaginan por qué quieren Fiscales y Jueces catalanes?

Lo que me produce verdadero placer, es informarme de que estos presuntos delincuentes hayan ido para la capital de España en un furgón de la Guardia Civil durante ocho horas de trayecto.
La ciudadanía ya esta desafecta de la política, el problema es a quién votar en las próximas elecciones, ¿y si votáramos todos en blanco?…..QUÉ PAÍS.
Jueves, 29 de octubre de 2009 /Antonio Pavón Ortiz
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domingo, 8 de noviembre de 2009

PAX CATALANA


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Pese a los esfuerzos de algunos sectores del establishment catalanista por desplazar el foco mediático hacia la heroica campaña de mini-referéndums separatistas (entre otras diversiones), la atención de los ciudadanos permanece centrada en los casos de corrupción que están saliendo a la luz, y que casualmente están todos relacionados con ese mismo establishment. Tan notables son los casos, y tan profundo su impacto en la opinión pública, que los escándalos ha trascendido ya los límites regionales y nacionales. El pasado día 3 de noviembre, era el prestigioso diario francés Le Monde quien publicaba un lúcido cuadro sobre la decadencia de la marca Barcelona y el contexto en que ésta se produce, marcado por la desconfianza creciente de la sociedad hacia los políticos en Cataluña, alentada a su vez por la aparición de diversos asuntos de corrupción en círculos muy VIPs de la política catalana. El autor del artículo, Jean-Jacques Bozonnet, yerra tan sólo el tiro en el último párrafo de su crónica, cuando presenta los casos de corrupción en Cataluña como la continuación de los recientes escándalos surgidos en el resto de España y la ruptura del llamado “oasis catalán”.

Ciertamente, el caso Orfeó Català – Palau de la Música y la Operación Pretoria desplegada por el juez Baltasar Garzón aparecen justo después del estallido del caso Gürtel, que afecta fundamentalmente a las administraciones regionales de Valencia y Madrid, gestionadas por el Partido Popular. Pero no hay continuidad entre lo uno y lo otro. La corrupción “transversal” denunciada en Cataluña, ocurrida al amparo de las opacas redes de influencia tejidas por el Partit dels Socialistes de Catalunya y los nacionalistas de Convergència i Unió, tiene raíces más antiguas y más profundas que la trama Correa, y forma parte nuclear del subsistema político catalán. Esto es así porque sus bases, que como la de Correa (y otros casos famosos en la historia española), las redes clientelares construidas en torno a aparatos políticos enquistados en las Administraciones Públicas, han sido en Cataluña mucho más longevas que en otras regiones españolas (no todas). Está estrechamente vinculada con una cultura política basada en la repartición tácita del poder político en Cataluña que durante largos años cedió el poder autonómico a los convergentes que reinaron sin alternativa hasta 2003; y el poder local (las grandes ciudades y, en particular, Barcelona y su cinturón metropolitano) al PSC y aliados desde las primeras elecciones municipales, en 1979. Las miserias del sistema dual construido en torno a estos dos pilares desde tiempos inmemoriales es lo que aparece ahora a la luz, perfectamente simbolizado en las figuras de Fèlix Millet, Lluís Prenafeta, Macià Alavedra o Bartomeu Muñoz: Millet (hijo), cuyo apellido le convirtió en un ser prácticamente intocable en los círculos más exclusivos del catalanismo (socialista, independentista, convergente o conservador) y de sus innumerables ramificaciones políticas, económicas y de eso que humorísticamente llaman “sociedad civil”; Prenafreta (“¿te das cuenta, Lluís, que en estos momento la Generalitat somos tú y yo?”, es difícil describir con mayor precisión la centralidad del personaje y su poder en la sala de máquinas del pujolismo que con las palabras que le dirigió Jordi Pujol); el exconsejero de Economía Alavedra, otro venerable histórico del catalanismo convergente y actual referente de la Fundació Catalunya Oberta (la ideóloga de la marea de mini-referéndums separatistas que se cierne sobre Cataluña); y Bartomeu Muñoz, protegido y sucesor de la presidenta del grupo parlamentario del PSC y buen representante de la segunda generación del aparato del PSC, la que viene a suceder a “capitanes” como Montilla, De Madre y Corbacho en sus pétreos feudos municipales, tras el paso de éstos a la liga autonómica o nacional: sería complicado encontrar perfiles más representativos del establishment que ha manejado Cataluña en los últimos treinta años.

Es esta connivencia implícita entre socialistas y convergentes, esta especie de Tratado de Tordesillas nunca explicitado entre los dos grandes partidos políticos catalanes, la que late bajo los casos de corrupción detectados ahora por la justicia. Así lo indican, además, diversas declaraciones de algunos de los máximos responsables políticos de ambas formaciones. Las palabras pronunciadas por Pasqual Maragall, expresidentes de la Generalidad, durante el debate parlamentario del Carmelo, “ustedes [por CiU] tienen un problema y ese problema se llama 3%” son suficientemente expresivas, como lo fue también el vergonzoso telón caído sobre ellas en forma de balbuceante retracto. Pero también lo son las amenazas proferidas más recientemente por Jordi Pujol, también expresidente regional, y por Agustí Colomines, presidente de la fundación nacionalista Trias Fargas (receptora de fondos del Palau ilegalmente desviados por Fèlix Millet), advirtiendo sobre lo mucho que podrían sufrir otros partidos (en alusión al PSC) si ellos se dedicaban a “tirar de la manta” de la financiación ilegal. Los tres responsables, entre los cuales se encuentran, hay que repetirlo, ni más ni menos que los dos presidentes electos vivos de la Generalidad democrática, han certificado así lo que era vox populi en Cataluña: la existencia de un pacto de silencio entre los poderes fácticos catalanes para mantener fuera de la luz pública las entrañas menos gloriosas de la construcción “nacional” y autonómica desarrollada por la sociovergencia en estos treinta años. Los tres responsables han descorrido el velo, siquiera momentáneamente, pero no para reclamar que se investigue todo lo que deba investigarse; sino precisamente para evitar que alguien se atreva a hacerlo. Es sorprendente –de esas sorpresas sólo aparentes, como la que ha querido impostar la Cataluña oficial tras las detenciones de Alavedra, Prenafreta y Muñoz– que cada una de estas declaraciones se hayan disuelto en el paisaje una vez hechas, como el exabrupto que rompe momentáneamente la dulce placidez de la sociedad benestant, y que todo el mundo simula no haber oído conteniendo el sonrojo; en lugar de ser pistoletazos de salida de una investigación seria y sin concesiones, cada vez más urgente, para ver hasta dónde llega la “manta” y hasta dónde el “problema” al que se refirieron, en un momento de enajenación, enojo o lucidez, según se mire, nuestros ilustres próceres.

Los escándalos de corrupción en Cataluña, ya sea el caso Millet-Orfeó Català-Palau de la Música que toca básicamente a entornos nacionalistas, ya sea la Operación Pretoria por la que se ha detenido a antiguos responsables nacionalistas y, por el momento, a un alcalde socialista, sea el misterioso 3% mentado por Maragall, todo esto no rompe en medida alguna el llamado “oasis catalán”. El drama de Cataluña es que se trata justamente de lo contrario: estos casos muestran la dinámica profunda, constitutiva, de esta impostada pax catalana que durante años ha escondido con un envoltorio de seny autocelebrado y consenso patriótico-catalanista una red de corrupción sistemática de la que sólo estamos viendo el principio, y probablemente nunca veamos el fondo. El hecho diferencial catalán, su exquisita y civilizada altura democrática, corren el riesgo de verse reducidos al truco más viejo de los caciques en decadencia, que venden sus desmanes como servicios a la patria (o cualquier otro principio más elevado que ellos) y pretenden que no sólo lo toleremos sin rechistar, sino que además les agradezcamos el desvelo.
Juan Antonio Cordero
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