Descripción de la asociación



La Asociación IMPULSO CIUDADANO se suma, como movimiento cívico, al servicio para la vigilancia de los derechos de los ciudadanos, la racionalización de las administraciones públicas y la regeneración de la vida política.

"La Cataluña virtual es omnipresente. La misión de Impulso Ciudadano debe consistir en hacer aflorar la Cataluña real".


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jueves, 29 de abril de 2010

SACRIFICAR LAS AUTONOMÍAS PARA SALVAR A LOS CIUDADANOS

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En aerostática, no resulta fácil acordarse del lastre cuando un globo se eleva. Todo va bien y hacia arriba, ¿para qué habría de tocarse nada, si vamos perfectamente? La cosa se complica para los que, haciendo un esfuerzo, echan un vistazo alrededor y se dan cuenta de que, curiosamente, hay otros que suben más rápidamente o ya están mucho más arriba. Si sugieren deshacerse de pesos muertos, del lastre, es difícil que se les escuche. Las vacas gordas nos vuelven perezosos y nos cuesta levantar poltronas y mover pesadas antigüedades. La bonanza pone sordina al sentido común.

Pero hace ya dos años que las vacas son flacas y las espigas están secas, y en lo económico, todo parece indicar que, lejos de tratarse de un breve bache como los que hemos sobrellevado en otras ocasiones, la crisis en España tiene ya el pelaje de una recesión en toda regla. Los mejores analistas firmarían si, como en la Biblia, sólo se tratase de completar siete años de penurias. Con cinco millones de parados, las arcas de la S.S. se vacían de una forma dramáticamente acelerada mientras ningún sector da síntomas de poder poner un motor a la recuperación.

Diecisiete autonomías con miles de empresas públicas asociadas cuyo principal objetivo es llevárselo muerto, tiran del gasto sin que, por lo políticamente incorrecto que resulta, nadie, en la oposición ni en el Gobierno, plantee una revisión del modelo autonómico actual que conlleve desandar parte de lo andado. La balcanización del país sufre un proceso de aceleración al darse cuenta los nacionalismos de que la riqueza de sus respectivas comunidades siempre ha estado basada en el esfuerzo de todos, y que consolidar los amplios clientelismos creados exige un mayor sometimiento y depredación de lo común.

En la izquierda, las críticas vertidas hacia Felipe González por su rendición sin condiciones al nacionalismo, críticas que contribuyeron a la toma del poder en el año 1996 por el PP de Aznar, son, sencillamente, historia olvidada, del siglo pasado, imposibles de mencionar en una federación de partidos, cuando no directamente de intereses, que es lo que realmente es hoy no sólo el PSOE, sino toda la izquierda. Y la verdadera derecha sin complejos en España, la de caciques de su pueblo, es hoy la de CiU, PNV, etc. que se exhiben ahora ya sin la engorrosa etiqueta de la nación española, que les obligaría a un vulgar ejercicio de solidaridad. Mientras, jugando un día con la careta nacional, y otro con la nacionalista apenas esbozada, el PP valenciano, gallego, etc. aspiran a seguir los pasos del nacionalismo a golpe de Camps-cláusulas y leyes lingüísticas. Da igual, ambos tienen muy clara su apuesta, insolidaria y rupturista, ya que a nadie se le escapa que fraccionar la unión de los individuos, dividir o federalizar a la nación española, es la mejor forma de someter, por separado, a los ciudadanos.

La sociedad española, derruidos sus principales sectores productivos, la construcción, la automoción, burbujas que hinchaban la gran burbuja financiera, se enfrenta a un solar industrial. A las todavía vigentes cesiones del mercado a los financieros del triunfo franquista, se unen las cesiones socialistas a la Unión Europea, que pagarán nuestro esfuerzo por incorporar a la Europa del Este invocando al fantasma de la peseta. Ni la automoción (sin marcas propias), ni la energía (deficitaria), ni el turismo degradado a ladrillazos, ni un incompetente sector agrícola, no queda nada. La competencia asiática ejecuta de forma inexorable las pocas hijuelas que quedasen en el tronco empresarial español, una empresa que nunca tuvo unas raíces profundas que el mercado real no pudiera arrancar. Mientras, el intento Keynesiano de reactivación del plan E gubernamental se demuestra tan obsoleto como inútil, tan contraproducente como breve.

Los autónomos y pequeños empresarios, que no son lo suficientemente jóvenes como para emigrar o lo suficientemente mayores para jubilarse (“y que levanten España los que la han tirao”) están en la fase inicial de una reconversión industrial y social sin precedentes en la historia de España, que exige que se vayan a la casilla de salida, a la calle, con el agravante de un sector público que ya arrecia su ordeñado antes de que consigan, no ya volver a producir, sino a saber el qué. Por lo menos tienen suerte, podrán vivir, si trabajan, mientras la cuarta parte de los parados, simplemente, no volverá a trabajar jamás.

Ya nadie con dos dedos de frente que pueda usar para sumar, ignora que salvar la situación manda soltar un pesadísimo lastre que hemos ido acumulando a lo largo de esta no ya tan joven democracia. Requiere, antes de volverle a pedir un sacrificio, racionalizar la Administración, amputando, directamente, todo el tinglado superfluo que apareja el Estado de las Autonomías. Castigar por igual a todo el sector público es injusto, y cebarse únicamente en el perteneciente a lo que queda del estado central, porque las taifas autonómicas son los pilares de los partidos que sustentan el poder, estúpido y suicida.

Los funcionarios de los servicios públicos puros, educación, justicia, sanidad, seguridad, etc. deberán, por fin, quitarse las vendas y ataduras localistas de la cara y las manos, denunciar el derroche que tan bien conocen, y luchar por la supervivencia de toda la nación. Y en definitiva, todos debemos concienciarnos, sí o sí, de que se ha pinchado el globo, de que estamos cayendo a plomo, y, siguiendo la metáfora aerostática, de que la situación exige arrojar por la borda un lastre tribal que debió quedarse en el milenio pasado.

Román Lobera

domingo, 25 de abril de 2010

EL GALLINERO

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Ni los técnicos de Chernobyl forzaron tanto la central como los políticos catalanes -y sus medios de propagación- han presionado al Tribunal Constitucional, lo han hecho durante estos casi cuatro años y lo hacen, en grado superlativo, desde el viernes pasado cuando fracasó el quinto intento de sentencia. A las palabras de Joan Ridao “...la única sentencia válida del Tribunal Constitucional sobre el Estatut es la que no toque ni una sola coma y, por tanto, ratifique su texto [de lo contrario] España tendrá quizá el problema político e institucional más grave en los 30 años de democracia” se suceden otras por el estilo desde todas las instancias catalanas, ya sean políticas o mediáticas, pongamos por caso La Vanguardia de hoy (20/04/2010 ), trae no menos de 5 artículos sobre el Estatut y el Constitucional –El laberinto estatutario, El azañista Aragón, Un nuevo TC, Algunos hombres sin piedad, Renovarse o seguir-, amén de la portada, dos páginas centrales y las declaraciones de Montilla y Mas, tratando uno, de conseguir apoyos para renovar el tribunal tachándolo de desprestigiado y caduco, y otro, abogando por cambiar la ley (copiando el estilo del tripartito cuando una ley se resiste a su conveniencia) para que el TC no pueda sentenciar sobre estatutos refrendados, con lo fácil que sería no refrendar estatutos hasta que éstos no tuvieran el marchamo de plenamente constitucionales.

La negativa, la semana pasada, de seis magistrados a avalar la última ponencia y el cambio de Elisa Pérez por Guillermo Jiménez, como nuevo ponente, ha causado tal agitación en el oasis que recuerda al revuelo que se origina cuando un zorro entra en un gallinero; confusión, cacareos, plumas flotando, gallinas saltando de aquí para allá …caos.

La ocurrencia de modificar el Estatuto de Cataluña cuando las encuestas no reflejaban ni el 5% de interés popular en el asunto, ha devenido en un gran fiasco, como no podía ser menos, dada la inadecuada e ilegítima pretensión de reformar la Constitución a través de la reforma del estatuto catalán, dejando fuera de juego, vía cordón sanitario, al principal partido de la oposición. De aquellos polvos estos lodos: un tribunal desprestigiado, más separación y divergencia entre Cataluña y el resto de España, pérdida de esfuerzo y dedicación para asuntos más apremiantes, más radicalismo político. Éste es el gran logro del experimento de este corrillo de aprendices de ingeniería política, que quisieron jugar a ser zorros y han logrado parecer gallinas.

20/04/2010 A. Sánchez Ponce

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domingo, 18 de abril de 2010

EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS

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Me despierto con la extraña sensación de que las cosas se mueven a mi alrededor… o de que soy yo quien, en un estado de ingravidez, giro sobre mis propios ejes: el vertical y el horizontal. Tanto da. El efecto es el mismo y sus consecuencias también, se mueva lo que se mueva. La boca seca, y el aliento: pura halitosis. (“Un gato bien puede mirar a su rey, lo he leído en alguna parte, pero no recuerdo dónde…”). La sensibilidad física, transmutada en pura rigidez gélida. Un pitido largo, eterno y agudo, con altibajos, zumbando en las meninges. Apenas puedo distinguir una forma, un borrón impúdicamente ampo, que se mueve como siguiendo su apéndice extendido… pero no: son dos… tres… cuatro… cientos… miles… ¡qué sé yo! Quisiera seguirles, pero no puedo; son demasiados y cada uno parece tener un sendero trazado que le obliga a pasar por debajo de un árbol -que son todos-, donde una loca y falsa sonrisa -que son todas-, saca sus garras -que son todas- y que les deje literalmente a tiras para beneficio de algunos, que no son todos. Todo esto me da la pista de quiénes pueden ser aquellas criaturas blancas; grises, en realidad. Todo esto sucede como ralentizado, como en cámara lenta -para entendernos- y acompasado con los correspondientes rascones matutinos en partes que mi pudicia me impide revelar ahora.

En todo este desbarajuste –qué más da- decido seguir a una de esas criaturas, ahora ya lo he comprendido: no me llevará a ningún lugar distinto al que me conduciría cualquiera de sus apresurados y lentificados clones: todo es así y al contrario: todo se puede celebrar, aunque no haya ocurrido: todo es atacable si de lejos puede oponerse a los reales deseos de una reina extravagante dedicada a confeccionar una especie de naipes de corazones sangrantes… Pero, ¡espera!... ¡¿Qué digo!?... no, no es cierto: lo que parecían corazones, en la proximidad se parecen más a… ¡Sí, son eso!: Son lenguas sangrantes que palpitan: ¡Son lenguas vivas arrancadas de cuajo; lenguas de todos los tamaños: unas para componer en las cartulinas los números del as al cinco y otras más pequeñas, cada vez más pequeñas, para ajustarse a los naipes de más alta numeración; de este método cabe excluir las llamadas “figuras”, que , como cabe esperar, usan corazones ajenos, que devoran sin parar, gracias a una deferencia transitoria de la eterna cambiante sonrisa quimérica hacia sus más fieles siervos: los encargados de plantar rosales, para solaz permanente de su soberana que los prefiere de color rojo, y si, por una de aquellas alguno sale blanco, ya se cuidarán muy mucho de pintarlos de rojo, de un color falazmente rojo, todo ello mientras mascullan la vieja letanía, aprendida de sus mayores, cuyos orígenes se pierden en la noche de los tiempos: “ Si la Reina llega a descubrirnos, ¡vamos! ¡Que nos corta la cabeza a todos! Así que antes de que llegue a…”; y en esos puntos suspensivos se materializan las prebendas consiguientes.

Sigo mi camino aleatorio tal como lo inicié, sin que deje de dar todo vueltas a mi alrededor; sin entender porqué las cosas crecen o se empequeñecen de una manera que se muestra también aleatoria; ni porqué el Siete y el Cinco no dijeron nada y sólo miraron al Dos; ni porqué a cada calada un gusano se multiplica como si de una ameba se tratase; ni siquiera comprender el porqué esa inclinación a identificarse con cualquier protozoo, tenga que aparecer como natural en la evolución de los seres humanos (también conocidos como personas humanas); ni multitud de otros porqués, todos ellos con visos de autoría.

En el ínterin, la Tortuga Artificial de nombre universal, que no deja de ser una tortuga artificial, emula a Lucy: primero como Llúcia y luego devolviéndole su esplendor sajón: al fin, al César lo que le es propio. Tras esa experiencia, que decide positiva, cambia la “y” del Monopoly, dejándolo en Monopoli. Después, gracias a la energía que impropiamente recibe de quien es su falso propietario, decide imponer la velocidad al mundo giratorio en el que nos encontramos: las saetas del reloj ruedan a velocidad de vértigo, queda legislado que, “las personas que midan más de una milla de altura habrán de abandonar la Sala”, también que, “la parte contratante de la primera parte…” y que “silencio” y que… -la velocidad que era de vértigo, en estos momentos se haacelefado más y se ha vuelto de vertiguísimo- y… … …

… … …

Se está programando una consulta popular en Cataluña, pero, esta vez, se pretende que sea vinculante.

Lo dijo el Gato: “Eso sí que no lo puedes evitar, todos estamos locos por aquí. Yo estoy loco; tú también lo estás… Has de estarlo a la fuerza, de lo contrario no habrías venido aquí”.

¿Tendrá razón el Gato?

PD: Esto sigue girando de tal manera, que no hay quien lo aguante.

Nota: Ah, el ser que nos pareció blanco y que era gris, y que seguía su apéndice, en realidad lo seguía porque en su extremo llevaba una zanahoria.

Juan Alonso

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lunes, 12 de abril de 2010

LAS NUEVAS EMBAJADAS. MONÓLOGO DEL DELIRIO

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Nos hacían falta, sí señor.

¿Qué es una “nació” que no tiene un buen ramillete de embajadas desplegadas a lo largo y ancho del mundo, arriba y abajo de occidente?. Pero qué digo, ¡de Occidente y de Oriente¡

Quizá se ha tardado casi demasiado; una “nació” que se precie no puede estar sin representación en París, Nueva York, París, Rabat o Berlín. Mucho menos en los centros de poder del futuro: Québec, Escocia, Flandes, y hasta el Nuevo León de allende el océano (lástima del nombre, tan españolizado, pero ya lo arreglaremos, ya lo arreglaremos, Nou LLeó, suena muy bien).

Si tienen representación los grandes imperios económicos y comerciales, ¿no la va a tener la Generalitat? Si la tiene la Banca Morgan, Tiffanys o Toyota, incluso el Banco de Santander, ¿no la va a tener la Gran Cataluña?

Basta ya de parecer pobres, alquilemos un frac y presentémonos ante el mundo como lo que somos, aunque nadie de los demás lo advierta aún: un gran imperio del pasado y un gran imperio del futuro, aunque en este momento de tránsito sólo Woody Allen nos visite alguna vez (y porque fue subvencionado, pero callemos al respecto, tampoco es necesario dar armas al enemigo).

Tenemos casi de todo, y aunque algunos se empecinen en recordarnos que más de 600.000 de los de “casa” están en el paro lo hacen para tratar de quitarle brillo y esplendor a nuestro faraónico proyecto. Entre los grandes, grande ha de ser también la cifra del paro, pero eso carece de relevancia. Somos grandes, y debemos pensar en grande.

Nos ha costado recuperar nuestro imperio pasado y anunciar el futuro; no ha sido fácil recuperar nuestra consciencia de pueblo y “nació” pero ahora que lo hemos hecho, nadie nos va a detener, nos cueste lo que nos cueste. Al fin y al cabo, ¿para qué es el dinero? Es para esto, sin duda, es para esto.

Y las colocaciones, ¿es que nadie piensa en ello? Las nuevas embajadas van a ser una fuente de creación de empleo: hermanos, primos, cuñados, vecinos y hasta amigos de nuestra suegra van a ser colocados por fin en puestos dignos. ¡Ah, y los niños a estudiar al extranjero, que siempre se estrechan mayores lazos con los de nuestra alcurnia dejándoles a los retoños, y que por el catalán, que no se preocupen nuestros chicos, que ya lo aprenderán cuando vengan de vacaciones.

Otra cosa, se acabó ir de primos pobres, ahora nos haremos nuevos trajes que desde que estamos en el “Govern” otro lustre hemos cogido, pero aun podemos mejorar. Y los coches…¡qué me decís de los coches! Necesitamos coches y chóferes para todos que, mira por dónde, casi ninguno de los tres sabemos conducir y aunque aun no sea preciso poseer carnet de conducir para ir por el mundo, (al contrario de lo que pasa con el nivel C, que sin él no se puede residir en Cataluña y es nuestro deseo equipararlo al pasaporte), más vale que no se enteren, que luego empiezan a hablar de preparación y titulaciones y a todo le sacan punta. Así que coches y chóferes por doquier, que no se nos vea pobres. Somos una “nació” y una nación debe saber presentarse. El secreto del éxito está en la presentación y aunque otros nos llamen los tres tenores, ya quisieran ellos, ya, tener nuestra presencia.

Y no lo hacemos por nosotros, no, ni por nuestros hermanos, primos, cuñados, vecinos y hasta amigo de nuestra suegra. Ni siquiera por ellos lo hacemos; lo hacemos por Cataluña, la nuestra, la nueva, porque somos una “nació”.

No queremos pensar, no debemos, en mezquindades que pudieran frenar con su falta de miras esta empresa vital. Mucha demagogia emplean con eso de la crisis. Nunca hemos vivido mejor que ahora, al menos nosotros y todos nuestros parientes. Siempre ha habido gente que por su mala cabeza ha perdido el trabajo, pero siempre hay maneras de colocarse; nosotros, todos, los hemos conseguido, y eran tiempos difíciles, no crean, muchos estábamos con una mano delante y otra detrás, sin profesión clara ni trabajo definido, pero supimos colocarnos a tiempo y crear una “nació” y con ello hemos progresado. Hoy queremos que el mundo vea nuestra grandeza. Gastemos en lo que somos, imagen, proyecto, deseo, apariencia…. ¡Ah, el fulgor de la grandeza¡ Nunca tan pocos consiguieron tanto. El segundo imperio catalán nos aguarda. La Gran Cataluña asombrará al mundo y nosotros, nosotros solos, somos sus artífices. Nada fue Metternich para el Imperio en la época Biedermeier ni Bismarck para Prusia en la época guillermina comparado con lo que nosotros vamos a ser para la Gran Cataluña. Me crezco, me entusiasmo y me envanezco, somos los nuevos príncipes que dirigirán “lo catalán” hacia el futuro, hacia una catalanidad universal que regenerará a la humanidad. Y yo…yo…

Pero ¿qué dicen?, ¿que dónde está situada Cataluña en el mapa?, ¿que cuántos somos? ¡Ah, ignorantes¡ ¡No comprendéis el espíritu del siglo que viene, el espíritu de los mil años por los que avanzaremos triunfantes; no comprendéis el segundo imperio catalán que se nos avecina.

Pero yo, sí, ignorantes. Y sigo…

Y sigue. Pleno de delirio declama solo sus sueños de demente en este escenario vacío, cual dulce Ofelia de razón perdida….¡ohhhh¡

Afuera, las listas del paro siguen subiendo.
09/04/2010 - María José Peña
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viernes, 9 de abril de 2010

LA ORQUESTA DEL TITANIC

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Está tomando por costumbre el tripartito legislar a la contra, lo hizo cambiando la ley ante las múltiples sentencias adversas sobre la famosa casilla en los formularios de inscripción a los colegios y lo hace ahora, del mismo modo, al tratar de sustituir al dimitido Albert Sáez por el antiguo secretario de Comunicación de la Generalitat de Cataluña, Enric Marín; sí, el mismo que quiso restringir la actuación de los medios de comunicación cuando el asunto del hundimiento del Carmelo, propuesto por Montilla y cía. para presidir el Consejo de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales. ¡Qué ironía!

La pregunta brota casi sin pensar: ¿por qué tomarse tantas molestias, y cambiar la ley arrebatadamente, en lugar de proponer un candidato de consenso, si tan sólo faltan para las elecciones autonómicas 6 meses?, la respuesta irrumpe, también, casi sin la previa meditación: Merece la pena tener un fiel afín al frente de los medios púbicos de comunicación, durante la campaña electoral, a pesar de la imagen autoritaria que pueda dar una medida como esa.

Dejo las triquiñuelas y subterfugios de la política para centrarme en ‘el perla’ elegido (en su momento denunció a Iván Tubau por acoso a una alumna: los tribunales pusieron a cada cual en su sitio) para presidir la CCMA, “…Eso es lo que pasó con el nuevo nacionalismo español de Ciudadanos, precedente del españolismo duro, intransigente y retóricamente progresista del partido de Rosa Díez. Ahora podría volver a pasar con la derecha xenófoba. El fenómeno de esta nueva extrema derecha que ya se ha liberado de la simbología fascista se ha ido generalizando…”. Si al fulano no le desacreditan estas palabras -a ojos del gobierno de la Generalitat-para un cargo tan relevante, tampoco debería ser yo desacreditado por las mías. Este hombre pretende que los que se oponen al sectarismo nacionalista actúen como la orquesta del Titanic, aceptando la fatalidad sin oponer resistencia alguna, de lo contrario, aplica ‘su acertado’ juicio de valor sobre la condición del disidente con la intención de excluirlo de la sociedad civil y apartarlo de todo derecho derivado de la ciudadanía que, en un estado democrático como el nuestro, es consustancial e inherente a ella. Señores, nos hundiremos como la orquesta, pudiera ser, pero no sin resistencia.

08/04/2010 A. Sánchez Ponce

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