Descripción de la asociación



La Asociación IMPULSO CIUDADANO se suma, como movimiento cívico, al servicio para la vigilancia de los derechos de los ciudadanos, la racionalización de las administraciones públicas y la regeneración de la vida política.

"La Cataluña virtual es omnipresente. La misión de Impulso Ciudadano debe consistir en hacer aflorar la Cataluña real".


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lunes, 27 de diciembre de 2010

DE VACAS Y DE ESCRIBAS

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A lo largo de la historia de España, se han sucedido ciclos de bonanza y recesión, acompasando ciclos que se producen en todo el mundo. No es objeto de este artículo dirimir si su causa es la actividad solar, inherente a la condición humana, astrológica o, bastante probablemente, la ausencia de un patrón monetario estable, (como p.ej. el oro), combinado con la necesidad de que la reserva de caja para depósitos a la vista deba ser del 100% (Huerta de Soto: Dinero, crédito bancario y ciclos económicos).
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Por bosquejar un poco el problema, a finales del 2006 estalla la burbuja inmobiliaria. En realidad no se trata de un estallido propiamente dicho, digamos más bien que la gente se da cuenta, fehacientemente, de que el mercado inmobiliario sí estaba en burbuja.
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La diferencia entre darse cuenta de que existe una burbuja y que ésta estalle, es sustancial. Básicamente lo que ocurrió es que se deja de comprar pisos, pues se sabe que no valen lo que la gente pide por ellos, pero no se produce la dramática caída de precios que ajustase el valor del mercado a la realidad, como sí ocurrió en otras zonas del mundo.
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Poco a poco, al stock de viviendas que ya no encontraban comprador, se van sumando las que se acaban a lo largo de esos años. El precio real de mercado es tan bajo, que ni siquiera compensa a los constructores tirar precios. Los constructores, no pudiendo hacer frente a los préstamos, van sucesivamente quebrando, y los pisos pasan a ser propiedad del banco. Es mejor que una SL quiebre y se pierda el milloncete escaso de pesetas que limita su responsabilidad que seguir al pié del cañón aguantando carros y carretas durante siete años de vacas flacas. Muchos beneficios se han guardado en “B”, y la generación de ladrilleros que aprovechó la cresta de la ola tiene ahora sesentaypico años y es mejor jubilarse y ya está.
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Y a partir de aquí es donde difiere el camino que toma España del que se sigue en otras partes.
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Los bancos, fuertemente apalancados, no pueden permitirse ese descuento en al valor de sus activos, y en vez de sacar los pisos según entran, hacen acopio. Como a los constructores, tampoco les compensa la caída. Es cuando se decide que, en vez de un estallido violento, se dé paso a un “desinflado” controlado. Guardar los pisos, contabilizarlos como activos, con el valor de tasación que tenían en bonanza, y restringir su salida de forma controlada para que no caigan precios por la inundación de ofertas. Y lo terrible es que TODOS los bancos lo hacen a la vez, en acuerdo de oligopolio.
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Todo habría ido bien, varios años con precios de vivienda cayendo paulatinamente, entre un dos y un cinco por ciento, y aunque la inflación no estaba alta, sumaría otros dos o tres puntos anuales hasta que se hubiese igualado con ese dramáticamente bajo valor real de mercado (aproximadamente la mitad). La cuenta es rápida, un cinco por ciento de bajada acumulado, dan esos siete bíblicos años hasta completar ese cincuenta por ciento de ajuste.
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PERO (y es que siempre hay un pero), desgraciadamente confluye otro factor que no se tuvo en cuenta y que ha truncado estos aviesos planes. Y es la intervención de la administración pública en la historia.
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Cada piso que se vendía, cada local que se alquilaba, cada teja, cada ladrillo, cada salario, tenía asociado uno o varios impuestos recaudados. Al final, la administración prácticamente trincab… digo, tributaba tanto como costaba construir el piso, si no más. Desde el solar de suelo público que los ayuntamientos subastaban a su precio máximo (pues se hacía en régimen de práctico monopolio), hasta la escritura y actos jurídicos documentados. Desde la administración local a la estatal, todos los políticos han contado con un caudal de dinero que desde la entrada en la UE y su obra pública asociada, hasta ahora, había manado de manera ininterrumpida.
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Ese dinero, aparentemente inagotable, tenaz, ha financiado un estado de autonomías, con cientos de miles de trabajadores públicos, que no funcionarios de oposición y carrera, que no maestros, policías, médicos, militares o jueces, en una cantidad que los dobla en número. Se vintuplican normativas y direcciones generales, se generan ayuntamientos con secretarías y comisiones, vehículos oficiales, en municipios que deberían haber funcionado como simple mancomunidad.
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Antes mencionaba que el caudal en impuestos era prácticamente equivalente al coste de la vivienda, y no deberíamos asombrarnos de constatar que hayan generado una cantidad de puestos de trabajo equivalente a la que la construcción generó, pero con una sutil diferencia. Estos “funcionarios” no se quedaron en la calle, equivalentemente, en el 2006.
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Por cada mercedes de constructor, ha aparecido un coche oficial, pero de ése nadie habla. Lo dramático, llegados a este punto, es la conjunción que da lugar a las tormentas perfectas.
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No ya un gobierno, un modelo de estado que se sustenta en todos estos estamentos públicos artificialmente formados, no puede cambiar de la noche a la mañana. Y el gobierno toma la peor decisión que se podría tomar: Considera que el problema es cíclico, no sistémico, y decide aguantar en el machito a que escampe. ¿No hay dinero para pagar los sueldos? No importa, se pide un crédito, que dada la holgada situación que nos precede, tenemos credibilidad. Total, sólo serán unos meses, un par de años a lo sumo. Y al enorme gasto que supone todo este sistema, y que ya no se puede sostener, se suma mes a mes el pago de unos intereses. Como las cosas no cambian, hay que volver a endeudarse, y como el gasto es, sumándole esos intereses, cada vez mayor, el préstamo siguiente mayor, y de nuevo, los intereses mayores. Y así en bucle y ya vamos para cinco años.
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Además, la abyecta dialéctica keynesiana de que, si el mercado de por sí no genera actividad, hay que inyectarle obra pública, por lo que se propicia, a costa de más deuda pública, planes Es y dosmiles. Uno nunca sabrá si estos planes son “forzados” por amiguetes de políticos que salvan así los pocos trastos antes de mandar la gente a la calle y el negocio a china, o si realmente esos políticos se creen esas equivocadas tesis keynesianas. Probablemente sea una mezcla de ambas.
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Poco a poco, la administración ha ido esquilmando la ya de por sí escasa liquidez de los bancos españoles, (que en el fondo no es sino legítimo ahorro de españolitos) que consecuentemente, cierran el grifo a las empresas que aún sigan en pié, aunque se dedicasen a hacer piruletas, y que ya no tienen nada que ver con la construcción. Y faltando la más importante materia prima, el capital, las empresas cierran en cascada. Y de nuevo todo se retroalimenta.
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El parado no puede pagar su piso, el piso acaba en el banco, el banco no da crédito, hay que provisionar.
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El estado no puede pagar los sueldos, emite deuda pública, obliga a comprarla a los bancos, que dejan de dar crédito. Cientos de instituciones públicas, ayuntamientos, fundaciones, empresas públicas, autonomías, están técnicamente quebradas y hay que inyectarles más y más liquidez.
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El gasto keynesiano en obra pública, vuelve diezmada vía impuestos al erario, sin haber cumplido su función de reactivar de manera real la economía. No eran tranvías y pistas de padel las inversiones adecuadas, se ha fallado el tiro.
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Finalmente, al gobierno cae del guindo y se da cuenta de que ésto, lejos de ser un chaparrón temporal, es un invierno en toda regla. Y como la cosa no se sostiene, hay que ajustarse el cinturón. Y aquí aparece una nueva maldad del sistema.
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En vez de recortar puestos públicos, de amortizar servicios, ministerios, racionalizar el sistema, cuestionar las autonomías, macro ayuntamientos, medidas nada populares entre los que soportan políticamente el sistema, el recorte del déficit se busca de subir impuestos, edades de jubilación, congelar pensiones y salarios (pero no sólo de ésos trabajadores públicos innecesarios, sino de todos de los funcionarios).
Y de nuevo nos hacen remar hacia el centro del remolino. Porque al subir impuestos, la competitividad de las empresas se resiente aún más. ¿Porqué comprar una piruleta española si la alemana vale seis céntimos (que es lo que adenda el impuesto) menos? Al carajo la empresa, y de nuevo se inicia el ciclo.
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A todo esto, una cosa más: el gobierno detecta la falta de dotación de crédito de los bancos a las empresas, y sucede un fenómeno atroz. El estado emite más deuda para luego financiar a las empresas vía ICO. Pero el estado no es imparcial, y los criterios de concesión, políticos y no objetivos. El tipo de interés, siguiendo la farsa, la mitad del de mercado. Ya pagarán los contribuyentes sendos diferencial y error de concesión.
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Y por fin, los bancos se encuentran con dos activos ultratóxicos; pisos que valen la mitad y deuda pública de un país en decadencia empresarial, y que va perdiendo calificación y, por tanto, valor.
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En resumen, el gobierno ha hecho lo imposible por descapitalizar sistemáticamente al estado y a la sociedad. Ni de forma planificada se podría haber hecho peor, pues el que parecía el peor escenario, y que se trató de evitar, el del crack, ya lo habríamos superado.
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En el sueño del faraón las vacas flacas devoraban a las vacas gordas, en alusión a que siete años de crisis en Egipto. Pero las vacas flacas emergen del Nilo y se encuentran con que son los escribas son los que han devorado las siete vacas gordas. Ahora, a falta de otra cosa, esas escuálidas vacas y esas vacías espigas roerán las tripas de todos los españoles.
Román Lobera
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miércoles, 22 de diciembre de 2010

PERDER LA VIVIENDA EN ESPAÑA Y EN USA


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Si uno se compra un inmueble en USA mediante una hipoteca, supongamos que de 450.000 $, y al cabo de unos años deja de pagarla, puede irse al Banco, entregarle la casa y la hipoteca queda automáticamente cancelada.

Si un cliente pide a un Banco en España una hipoteca de 280.000 €, y al cabo de un tiempo no puede seguir pagándola, lo tiene mucho más fastidiado.

El banco puede aceptar o no la vivienda como dación en pago, pero igualmente debe 280.000 € al Banco español; si la vivienda se valora o se trasmite en subasta por menos dinero (lo que pasa siempre), el resto de la deuda recae en el cliente, quien responde con sus bienes presentes y futuros, es decir para toda a vida de el y de sus herederos...

En este país, llamado España, en relación a la adjudicación de viviendas por medio de subastas, está vigente un artículo de la Ley de Enjuiciamiento civil que se titula:

Artículo 693. Reclamación limitada a parte del capital o de los intereses cuyo pago deba hacerse en plazos diferentes. Vencimiento anticipado de deudas a plazos.

Para el ciudadano de a pie, el artículo mencionado se explica con suma facilidad: Después de perder el piso o la vivienda, o la casa, el Banco o la Caja lo perseguirá mientras viva o tenga bienes, si en la subasta no ha cobrado hasta el último céntimo de euro que deba. Hasta entonces el pobre deudor, seguirá debiendo capital, intereses y costas.

Pues bien, en esto como en otras tantas cosas España es diferente. En Usa y en algunos países más cuanto existe una situación de crisis personal o familiar, y tienen hipotecado un bien inmueble, van al banco entregan las llaves y se acabó, ni demandas, ni capital, ni intereses, ni costas pendientes. Pierden la vivienda y se acabo.

A nivel Europeo, los derechos de otros ciudadanos de la Unión, son mayores que los nuestros. Por qué será, por la gran banca supongo. Igual que por la gran banca, el partido en el gobierno no se ha atrevido en muchos años a presentar un proyecto de Ley de familias sobreendeudadas, al estilo que se encuentra en vigor en Francia, que es como un concurso de personas físicas. Eso tampoco le gusta a la gran banca, que creo es la que manda en España, y no la ha dejado aprobar en el Parlamento. Todos los partidos políticos están en deuda con la banca, y quién va a morder la mano que le da de comer.

A la banca española le gustan las directivas y legislación comunitaria de la Unión cuando favorezca sus intereses. Si no le gustan, en España no se aprueba esa legislación y punto.

Una pregunta: ¿Por qué un ciudadano Francés, con la familia en crisis, tiene facilidades procesales y legales para renegociar sus deudas, y en España un ciudadano español no puede? Pues sencillo, en Francia tienen Leyes que protegen al débil frente al poderoso y en España, no.

Lo de menos, por lo que se ve, es lo que le pasa a la ciudadanía española en épocas de crisis. Hasta dónde llegaran en esta farsa de democracia, en la que unos viven y otros sobreviven, con distracciones y futbol, más que con Franco…

Bueno, en España podríamos lograr algo para favorecer a los ciudadanos. Solo con una pequeña modificación de La Ley y añadir un apartado al artículo descrito al principio, que más o menos dijera lo siguiente:

Artículo 693.4: en caso que el bien ejecutado sea la vivienda familiar, el deudor de buena fe, previa solicitud de comparecencia, podrá entregar el bien hipotecado como pago de la deuda. Si el Tribunal valora que concurren los elementos anteriores dictará resolución en la que adjudicará el bien al acreedor dando éste por satisfechas todas las cantidades que por el principal e intereses, vencimientos del préstamo e intereses de demora y costas, se adeuden.

Ven que sencillo, una pequeña modificación legal y cuanta felicidad a la ciudadanía. Pero ahí viene lo bueno, quien le pone el cascabel al gato.

Nada de políticos que dicen defender al pueblo y a la ciudadanía. El proyecto de Ley debe ser una iniciativa popular al Parlamento, con recogidas de firmas, promovida directamente por la ciudadanía pasando de los partidos.

Igualito que hicieron en Cataluña para prohibir los toros, aquí se trataría de prohibir la postura dominante de los bancos frente a los ciudadanos hipotecados, yo y millones firmaríamos…

En el artículo 87.3 de la Constitución se contempla la posibilidad -regulada por la Ley Orgánica 3/1984- de que los ciudadanos hagan propuestas respaldadas por un mínimo de 500.000 firmas, propuestas denominadas por ley ILPs (Iniciativas Legislativas Populares).

A lo largo del periodo democrático español iniciado en 1978, tan sólo nueve ILP han pasado el filtro de la Mesa del Congreso, mientras que únicamente una Iniciativa Legislativa Popular ha sido aprobada por el Pleno, que era relativa a la modificación de la Ley de Propiedad Horizontal.

Pues ya es hora de la segunda Iniciativa Legislativa Popular, la modificación de la Ley de Enjuiciamiento Civil, añadir al artículo 693, el cuarto apartado, que se dice más arriba.

Si no se consigue la modificación de la LEC, para ayudar a resolver este problemazo deberíamos actualizar y poner en práctica la dación en pago con los pisos hipotecados. Pagar a la banca con el piso, lo que no deja de ser una solución legal para resolver estos problemas.

En España debería funcionar la dación en pago, la entrega del piso por la deuda, la dación en pago produce los efectos del pago mismo: extingue la obligación primitiva, así como los derechos accesorios que la acompaña.

Sé que mi petición caerá en saco roto, pero por lo menos servirá para que algunos reflexionen y piensen un poco en los que están pasándolas canutas , en estas fechas señaladas, y en las de todo el año.…………………………..QUE PAIS.
Antonio Pavón
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martes, 7 de diciembre de 2010

CONSTUCIÓN ESPAÑOLA: JOVEN Y CON FUTURO

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IMPULSO CIUDADANO ha elaborado el manifiesto “La Constitución española, una Constitución joven y con futuro” que hace público hoy y que será leído en el acto que se celebrará en el Arco del Triunfo de Barcelona el próximo día 12 de diciembre a las 12.00 horas.

FIESTA “VIVE LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA, JOVEN Y CON FUTURO”

La asociación ha preparado un conjunto de actividades en torno a una carpa hinchable de grandes dimensiones (elaboración de un mural constitucional, un documental sobre la Constitución, fotografías con el libro de la Constitución, juegos y música en vivo) durante toda la mañana del día 12 de diciembre destinadas a resaltar la vigencia y actualidad de la Constitución.

TEXTO DEL MANIFIESTO:

“UNA CONSTITUCIÓN JOVEN Y CON FUTURO
Desde su aprobación en el año 1978, y durante más de tres décadas, la Constitución española ha sido la máxima expresión de un pacto cívico que ha presidido el periodo de desarrollo, convivencia y bienestar más prolongado de la historia de España. El acuerdo constitucional, alcanzado por los españoles en momentos de zozobra e incertidumbre histórica, demostró la madurez de nuestro pueblo y su capacidad para superar un pasado doloroso y abrir nuevos caminos de futuro y de progreso. Es por ello que todos los españoles deberíamos ver en la Constitución que nos dimos no sólo una muestra de la capacidad de nuestra nación para construir y avanzar sobre consensos profundos, sino también con el orgullo de, a través de ella, haber dejado atrás una larga historia marcada por el enfrentamiento, la inestabilidad y el revanchismo. La Constitución de 1978 es el símbolo vivo de la capacidad de los españoles para apartar las diferencias, ampliar las libertades, aunar esfuerzos, superar retos y progresar en pos del bien común.

En los últimos años, sin embargo, algunas fuerzas reaccionarias han intentado erosionar las bases del pacto constitucional entre españoles y resucitar antiguas pulsiones. En una maniobra tan irresponsable como frívola, se ha lanzado repetidamente el mensaje insidioso de que la Constitución y la arquitectura jurídica, política e institucional que de ella se deriva son un lastre heredado del pasado e impuesto sin nuestro consentimiento; un obstáculo que impide el pleno desarrollo de nuestras aspiraciones y el logro de mayores cuotas de bienestar.

Este mensaje ha sido amplificado irresponsablemente por algunos políticos y líderes de opinión que disimulan así su incapacidad para afrontar los retos de la sociedad española entreteniéndose, y entreteniéndonos, con debates estériles y maniqueos que, a la larga, suponen una amenaza para la convivencia. Al hacerlo, han conseguido que los ataques a la Constitución sean habituales en las informaciones de actualidad y en el discurso político. Este ambiente hostil a la Constitución pretende identificarla, de manera sistemática y falaz, con un callejón sin salida, un concepto no resuelto y una herramienta inválida para la solución de retos futuros. Para ello, se ignora deliberadamente, y se intenta ocultar a los ciudadanos, la demostrada capacidad del pacto constitucional para cohesionar y garantizar la convivencia e impulsar el progreso de nuestro país.

Como ciudadanos españoles, queremos manifestar que, aunque la letra de la Constitución sea revisable, adaptable y mejorable, como cualquier decisión democrática, el espíritu del acuerdo cívico, nacional y constitucional de 1978 sigue enteramente vigente y reivindicamos el potencial de futuro de dicho pacto frente a los intentos, más o menos velados, de desmantelarlo y presentar su voluntad de concordia como una muestra de debilidad, su lógica de consenso como el resultado de una renuncia, su apuesta por construir el futuro como una forma de ocultar el pasado.

Queremos proclamar públicamente que la Constitución de 1978 es hoy, como no ha dejado de serlo a lo largo de estos años, un instrumento válido para garantizar la convivencia de todos los ciudadanos de España y para alcanzar conjuntamente mayores cotas de cohesión, progreso y bienestar. La Constitución es un texto vivo, presente y abierto a los cambios que sean necesarios, a través de los mecanismos previstos en ella misma. Como ley de leyes, como símbolo máximo del pacto cívico y nacional que nos une, la Constitución española vive cada día en cada una de nuestras acciones, en cada una de nuestras decisiones, en los derechos que ejercemos, exigimos y defendemos, en el refrendo cotidiano de nuestra voluntad de un futuro compartido. Seamos conscientes o no, la Constitución de 1978 está presente en cada momento del ejercicio diario de nuestra ciudadanía.

Por todo ello,

1. Proclamamos la plena vigencia de la Constitución española y defendemos su validez como instrumento de futuro frente a los ataques que buscan deslegitimarla, convertirla en un texto extraño a la ciudadanía y romper así el acuerdo cívico y nacional que la sustenta.

2. Instamos a todos los ciudadanos a celebrar la Constitución española y hacerla suya como elemento de cohesión y convivencia y como garantía de nuestra libertad.

3. Convocamos a los ciudadanos a participar el día 12 de diciembre de 2010, en el Paseo Lluís Companys de Barcelona a la altura del Arco del Triunfo, en una fiesta cívica de celebración de los valores cívicos de convivencia, libertad e igualdad contenidos en nuestra Constitución".

En Barcelona, a 5 de diciembre de 2010
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martes, 30 de noviembre de 2010

¿QUÉ ES SER CATALÁN?

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El Gobierno de Nicolas Sarkozy organizó hace un año un controvertido debate en internet en torno a la pregunta “¿En qué consiste ser francés?” En Cataluña, el debate sobre la identidad de los catalanes ha sido una constante histórica en los últimos tiempos que ha merecido diversas respuestas. La más conocida y clásica es la de Pujol que afirmó que eran catalanes todos los que vivían y trabajaban en Cataluña y que, además, tenían voluntad de serlo. Ahora, el Presidente Montilla en la campaña del PSC con motivo de las elecciones catalanas ha aportado otra peculiar definición: “Ser catalán es trabajar duro y con las ideas claras”. No sé que pensarán los muchos catalanes que en estos momentos engordan las listas del paro de forma involuntaria y aquellos otros que viven inmersos en mares de dudas. De aplicar esta máxima, se verían privados de golpe y porrazo de su condición de catalanes.
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Cada uno es catalán como quiere y puede. Entrar a definir o explicar este concepto me parece extravagante, además de ocioso. Existen siete millones quinientas mil formas de ser catalán y cada una es personal e intransferible por lo que tratar de extraer una identidad genérica es tergiversar necesariamente la realidad. Igual que no existe una forma de ser español, no existe una forma de ser catalán o madrileño. De hecho el debate sobre la identidad francesa fracasó ante la imposibilidad de alcanzar una explicación consensuada sobre el concepto de francés. Se demostraba así que la de las esencias nacionales es una búsqueda tan frustrante, tan ilusoria, como la del Santo Grial, predestinada a no llegar a ninguna parte y condenada a agotar a los que emprenden tamaña aventura.
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En realidad, todo es mucho más sencillo de lo que nos quieren hacer ver. Es muy fácil ser catalán. Lo recordaba en un reciente acto electoral el Presidente Zapatero cuando aseguraba en Lérida que “…no tendría ningún problema en ser de aquí. Soy de León”. Aunque parezca excepcional, Zapatero, esta vez, no se equivocaba. Es cierto, para ser catalán basta con ser español y empadronarse en cualquier municipio catalán según se desprende del artículo 7 del Estatuto de Autonomía de Cataluña que dispone que “gozan” de la condición política de catalanes o ciudadanos de Cataluña los ciudadanos españoles que tienen vecindad administrativa en Cataluña”. Gozar es experimentar gratas sensaciones pero éstas no quedan garantizadas para todos los catalanes cuando tenemos ocasión de escuchar propuestas tan restrictivas de derechos como las formuladas por el engolado Àngel Colom, Presidente de la Sectorial de Inmigración de CDC, quien, en un mitin reciente de esta formación, espetó a los asistentes, catalanes nacidos fuera de España: “Dentro de casa podéis hablar el idioma que queráis pero en las calles, en los espacios públicos, los inmigrantes debéis usar el catalán”. Nuevos requisitos para alcanzar la condición de catalán que desbordan el derecho administrativo y que delatan a quienes los imponen: totalitarios que pretenden amoldar toda la sociedad a su peculiar concepción de ser catalán.
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José Domingo
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viernes, 26 de noviembre de 2010

JUSTO RECONOCIMIENTO

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Mi más sincero reconocimiento a Pepe Domingo y a todo el equipo que ha trabajado con él en el Parlament y en Impulso, no necesito estos párrafos que siguen para darme cuenta del buen trabajo realizado, pero conviene recordar -y agradecer- la buena labor realizada.

"...La debilidad de C's no son las patéticas añagazas de esa prensa. La debilidad de C's es, por ejemplo, el diputado José Domingo. Ha hecho un gran trabajo en el Parlamento de Cataluña. Grandísimo. Es un ejemplo para todos aquellos que han reprochado a C's su mero gusto por la pirotecnia, su presunta falta de propuestas, sus monomanías ético-lingüísticas. Domingo ha sido el diputado más trabajador del Parlamento catalán. Hasta 2.517 intervenciones contabiliza. Que yo diga estas cosas no tiene mayor mérito. Se sabe que yo estoy corrompido. Pero aún existen personas respetables. El diputado Puigcercós, por ejemplo:

«Hay una persona que tengo que reconocer que era un excelente diputado. No lo ficharía nunca porque está en las antípodas de ERC. Se trata de José Domingo, el diputado de Ciudadanos, una persona muy ordenada, muy trabajadora, que se creía lo que hacía. Discrepo radicalmente de él, no lo ficharía nunca para ERC, pero me quito el sombrero delante del señor José Domingo, como el excelente diputado que fue.»

O la señora Montserrat Nebrera, ya respetable por el hecho principal de ser mujer. Un párrafo del libro donde habla de su experiencia parlamentaria:

"Es una lástima, porque tengo y tendré como un honor haberme sentado en un escaño del Parlament en la octava legislatura catalana de esta democracia moderna, pero más allá del rito y su simbología no hay nada. No sé si lo hubo en otro tiempo. Ahora no hay nada, excepto la vanidad de quien se sabe buen orador y la burla soterrada que los mejores hacen de todos los que sin retórica ni oratoria han sido capaces de ocupar un escaño. Quizá se salve el sobrevenido y sorprendente respeto que con el paso del tiempo se ha ido ganando José Domingo, el diputado que habla como la gente que sabe hablar, el diputado que empezó siendo ignorado por un hemiciclo que prejuzgaba por el origen y fue ganando poco a poco la consideración y el atento silencio ante sus intervenciones. Más allá de contenidos, más allá incluso de intenciones, sus señorías demostraron con esa transformación que incluso entre ellas cabe la esperanza".

Ésa es la debilidad. Que el mejor diputado del Parlament no forme parte de la lista electoral de C's. Y que el otro, Antonio Robles, haya preferido la retórica a la política, aunque, ay, sin saberlo. Sin esas debilidades reales nadie dudaría hoy de que C's sería decisivo (gubernamentalmente decisivo) en el próximo parlamento.

A pesar de todo yo espero ver este atardecer al diputado Domingo en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona, donde nació hace cinco años. Y también al diputado Robles, si es que lo suyo no es la retórica, sino, profundamente, la literatura".
Ángel Sánchez Ponce
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lunes, 22 de noviembre de 2010

EMPLEOS DE POLÍTICOS, DE LA DICTADURA A LA DEMOCRACIA

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El régimen anterior tuvo muchas cosas regulares, malas y muy malas. El franquismo fue una sociología única y dominante, que se vivió en este país que en esa época llamaron ESTADO ESPAÑOL, como ahora lo llaman los nacionalistas.

Dentro de esa sociología franquista había una visión clara en relación a los empleos de los políticos, y a su reparto entre las familias del régimen.

En aquella época estaba mal visto que en una familia del régimen, las mujeres o esposas del padre de familia o familiares cercanos, trabajaran en la empresa privada o en empleos públicos que tuvieran relación directa con el del padre de familia.

En aquella sociedad, católica, apostólica y romana, no entraba, por lo general a alto nivel, más de un sueldo de la administración del Estado Español por familia... Por supuesto, era una sociedad machista en la que se llevaba a rajatabla “la mujer con la… y en casa”

Pero los tiempos han cambiado, los políticos demócratas actuales, en su mayoría y en varios niveles, han cambiado la tendencia y ayudan a su familia sin restricciones. Todo esto que escribo sería demostrable al 100 por 100, si contáramos con una prensa libre e independiente.

Desde este lugar he reclamado más de una vez el trabajo libre de los periodistas de investigación en temas de los que el pueblo y la ciudadanía quieren y deben estar informados, como por ejemplo: información e investigación de empleos públicos de políticos, esposas y familiares.

Ese periodismo podría investigar, el reparto entre familias de los cientos y miles de empleos políticos y públicos, incluyendo empresas públicas, municipales, autonómicas y todos los etcéteras que quieran.

Cuantas sorpresas se llevaría el buen pueblo español que se enteraría lo bien que viven muchas familias demócratas. Ahora todo está oculto y falto de claridad, si pides cualquier información de este tipo te dicen que no pueden dar esa información por una Ley hecha por ellos: la Ley orgánica 15/99 de Protección de Datos de Carácter Personal.

Cuántos y cuántos altos cargos de políticos actuales, todos demócratas y algunos progresistas, se encuentran en que en su propia familia entra más de un sueldo político o público procedente de las Administraciones del Estado. Les hablo de altísimos cargos, Presidentes de Comunidades Autónomas, de Diputaciones, de Alcaldías, Concejales y de tantos cargos de alto nivel, en los que sus esposas o familiares directos viven de la Administración o de empresas públicas.

No me cabe en la cabeza que esto se practique por políticos que se dicen progresistas, y que en principio defienden la igualdad y la no discriminación. Dónde está el progreso pregonado, dónde esta esa izquierda que defiende el reparto de trabajo. Eso debería ser el ADN de la izquierda, pero ya ven que eso no es así sino todo lo contrario.

Resulta que el “Progreso” es: primero la “parienta”, luego la familia y después las ideas del partido, dejando a la ciudadanía en último término. En este baile están todos los partidos mayoritarios, minoritarios y socialistas. Además, mentaré a las bichas la patronal y los sindicatos, que parece que bailan a lo mismo y, repito, no olvidemos los mismos partidos políticos sean del color que sean.

Esa gran familia que forma la clase política, en este tema de ocupar cargos y empleos públicos, se respeta, se tapa y no tiene discrepancias fuertes, “la ropa se lava en casa”. Y la ciudadanía pagando y pagando impuestos y aguantando al sistema.

Estoy seguro que el paro bajaría en cientos de miles de personas, si una familia, solo pudiera cobrar un sueldo de la Administración, entendida en todas sus formas.

Hace unos días vi en TV un programa en que el político en cuestión, al someterse a las preguntas de los intervinientes, fue preguntado por los cargos múltiples de su esposa en empresas públicas. Él manifestó que cargos no quieren decir más sueldos de la ADMINISTRACION ¡Vamos, vamos, vamos... y las dietas y otras prebendas!, como siempre siguen faltando a la realidad.

Si este político mencionado, en el programa de su partido en las próximas elecciones, presentara un punto sencillo y de acuerdo con su respuesta: “En una familia un solo sueldo de la administración “. Sin duda yo le votaría.

En Holanda si trabajan los dos convivientes de una familia el Estado Holandés les duplica los impuestos, esa sí sería una medida correcta y contra la crisis y el paro, pues ante este régimen fiscal, uno de ellos deja el mercado de trabajo bajando el número de parados directamente.

Además, la medida que solicito seria buena para intentar acabar con la desafección del ciudadano con la clase política, …………………………………….QUÉ PAÍS.
Antonio Pavón
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lunes, 15 de noviembre de 2010

PSE: DE AQUELLA PREPOTENCIA, LOS TEMORES DEL PRESENTE

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Resulta curioso contrastar las actuales agonías del PSC, cuando las encuestas le pronostican magros resultados, con la prepotencia e indiferencia mostrada a lo largo de años y más años con las voces críticas de su propia militancia.

En efecto, hace demasiado tiempo que militantes concienciados y reflexivos han venido mostrando en la vida cotidiana de las agrupaciones y en la elaboración de documentos dirigidos a los congresos y a los dirigentes sus diferencias con la línea ideológica del partido. La verdad es que con escaso o nulo resultado. Parece que las voces críticas se acallaron tiempo ha.

La vida interna discrepante se hace demasiado inhóspita cuando se le aplican, sucesiva y reiteradamente, las disciplinas correctoras habituales en toda organización de estructura interna autoritaria, desde el ninguneo hasta la expulsión, pasando por una norma de representación interna, el famoso 25/75, que imposibilita cualquier atisbo de discrepancia con el aparato. Todo ello con una apariencia de democracia interna de escaparate. Así, las sucesivas apariciones de discrepancia honesta se orillan y sus sostenedores acaban desapareciendo, primero de la presencia en su agrupación y después, poco a poco, de los censos correspondientes.

Pero claro, son muchas las personas que se arriman a un partido porque creen que su cuota de responsabilidad con la sociedad se puede canalizar a través de estas instituciones. No siempre el abandono de unas siglas significa quedarse en casa. Por fortuna, quienes sienten esta inquietud, se acaban “buscando la vida” a través de otros partidos, asociaciones y colectivos varios.

Hoy se nos presenta una opción de participación y de voto más amplia que hace unos años. Por fortuna, ya no tendría sentido la “machada” determinista de un notable del PSC que, ante las protestas de gentes de izquierda renuentes a aceptar la teoría y praxis de deriva nacionalista de este partido, espetó ¡…y a quién van a votar si no nos votan a nosotros!

De aquella prepotencia, los temores del presente. Aunque el panorama político catalán lleva años amordazado y controlado por la alianza, no escrita en público hasta el pacto del Tinell, de los partidos que componen el llamado PUC, Partido Único Catalán (CiU, ERC, PSC e IC), aparecen otras formaciones, C’s, UPyD (e incluso un PP menos temeroso de su exclusión a los infiernos) que pueden ir canalizando la desaprobación acumulada por la vía del voto activo en vez de por la abstención.

De aquellos tiempos de prepotencia surgieron, al principio, las corrientes internas discrepantes Izquierda Socialista y Redreçament. De la primera se podría decir que aún colea, más bien poco, al ser asumida por el engranaje del aparato y asimilada a un “centre d’estudis”. La segunda fue más efímera, con menor esqueleto de ideas y más interesada en la dinámica municipal (alguna gratificación obtuvo vía “federació d’associacions de veïns”.

Posteriormente se han significado Ágora Socialista y Socialistas en Positivo, ambas represaliadas con dureza y desaparecidas en tanto que corrientes bajo el paraguas del PSC. Ágora optó por convertirse en una asociación independiente y soberana, permitiendo que sus socios adoptaran la militancia política que creyeran oportuno. Así, algunos siguen afiliados al PSC, otros al PSOE (aprovechando vínculos parentales fuera de Cataluña), otros militan en CDS, C’s o UPyD; algunos, ni militan en partido alguno. Socialistas en Positivo cerró su actividad en tanto que grupo organizado y sus miembros más notables pasaron a militar en UPyD. Conviene señalar que tanto S+, como sobre todo Ágora, han producido doctrina, acción y documentación abundante, tanto por separado como cuando han trabajado conjuntamente.

De estas aportaciones de Ágora Socialista, en sus tiempos de foro interno del PSC, transcribimos el texto que sigue, en cursiva, elaborado como aportación al 9º congreso del PSC Abril del año 2000, bajo el título

SOCIALISMO E IDENTIDAD EN CATALUNYA

Alguien podría caer en la tentación de definir como éxito del PSC ser el primer partido en votos en las últimas elecciones autonómicas y el primero en votos y escaños en las recientes elecciones generales. Sin embargo, una aproximación realista descubre el alejamiento progresivo de este partido de su electorado natural y de su influencia en la política catalana.

En efecto, ya comentábamos las carencias en los resultados de las autonómicas: competir contra un oponente en declive y de discurso agotado, disfunción entre el papel del PSC como partido y el del candidato, campaña errática consecuencia de esta disfunción y de la relación entre el PSC y el PSOE, irrupción de “ciutadans per al canvi” e incógnitas del futuro de este grupo y su relación con el partido, ausencia de discurso real y de alternativas frente al otro candidato, falta de entusiasmo y de verdaderas ganas de victoria y persistencia de una abstención escandalosa y constante que, cada vez más, pone en entredicho una sociedad integrada, una “Catalunya de Tots” y, sobre todo, un liderazgo político preocupado por este hecho, que socava la base del partido y la de la misma democracia.

La verdad es que también las últimas elecciones han mostrado evidencias de que las cosas han cambiado en Cataluña y de que los cambios producidos no podrán ni disimularse con falsas euforias ni afrontarse con la repetición del mismo discurso con que se ha venido haciendo hasta ahora. Ya decíamos que explicar el desencuentro entre las propuestas de los partidos y el comportamiento de los ciudadanos provocaría más de un chirrido en la fundamentación teórica de la izquierda.

Ha empezado a caer el discurso del mito: “Catalunya o traición”. La primera ruptura de peso se produce con la irrupción de los manifiestos del llamado FORO BABEL; el posicionamiento de las ideas, la reconocida solvencia cívica, intelectual y política de sus integrantes, su explicación en actos públicos, en los medios de comunicación, y las conductas consiguientes han demostrado que es posible la discrepancia honesta a pesar del “secuestro” de voluntades existente.

La segunda ruptura se inició hace tiempo, en la intimidad de las urnas, con el traspaso directo de votos comunistas y socialistas al Partido Popular. Primero de forma escasa y casi anecdótica; pero en las pasadas generales, de forma claramente significativa. Más adelante...está por ver.

El hecho cierto es que “se ha levantado la veda” y que las fugas del pantano se pueden transformar en avalancha imparable. Es una manera de romper con ese secuestro, que obliga a votar nacionalismo si votas izquierda, aunque lo que quieras sea votar izquierda, pero no votar nacionalismo. Es la sabiduría intuitiva de denunciar la imposible conciliación conceptual entre izquierda y nacionalismo. Queda claro que el chantaje españolismo igual a traición e izquierda igual a nacionalismo, ya no podrá sostenerse.

¿Cómo se le puede pedir a una población, de manera reiterada e indefinida, fidelidad a unos partidos que, en lugar de conocer y defender sus intereses, la acaban conduciendo a una situación social de segunda?, ¿a qué divinidad hay que rendir estos sacrificios?

A pesar de la negación reiterada por los líderes de las formaciones de la izquierda, en Cataluña, tenemos que recurrir de nuevo a su composición sociológica, mayoritariamente de izquierdas, para explicar su comportamiento político. Es poco discutible el hecho de que sin el aporte inmigratorio de este siglo, la población actual de Cataluña rondaría los dos millones y cuarto o dos millones y medio. El hecho indudable es que, sin este aporte, nunca se habría acuñado la campaña “Som 6 milions...”

Esta realidad se vive básicamente de dos modos. Para los que crean, recrean y sostienen el discurso nacionalista de construcción nacional, el hecho tiene la virtud de ensanchar la demografía y los dividendos económicos y fiscales derivados de la actividad productiva y consumista, inherentes a todo crecimiento social. Pero al mismo tiempo, para el nacionalismo, este fenómeno no deja de ser una intrusión que dificulta y enlentece la cohesión y conclusión de su modelo de sociedad.

En efecto, si la identidad nacional requiere una lengua única, una manera básicamente uniforme de expresión social, en cuanto a hábitos, tradiciones, costumbres, etc., es decir, un conjunto de expresiones que amalgamen la pretendida diferencia cultural o “fet diferencial”, aquello que no se ajuste al modelo, no hace más que estorbarlo.

Con estos apriorismos se entiende el poco interés demostrado por los partidos nacionalistas y paranacionalistas en la integración efectiva de esa más que mitad de catalanes en la dinámica política y social, aún sabiendo, o debiendo saber, que ello conlleva una peligrosa precarización de la democracia. Sobre integración se objeta el tremendo esfuerzo desarrollado por Administración e instituciones...; esta objeción acaba siendo humo, ya que se parte del concepto de que integración es mimetismo silencioso, sin interacción; dicho de otro modo, la opción es que “lo que hay son lentejas...”

Por fortuna, hay otra forma de ver las cosas: Cataluña no es un recipiente predeterminado en el que para entrar hay que amoldarse al mismo. Es justo al contrario, Cataluña es la realidad resultante que surge en cada momento de la historia como consecuencia de la contribución, más o menos activa, más o menos consciente, de los ciudadanos que la conforman.

Por esta razón, cuando una realidad cultural y social de envergadura se integra en otra, no lo hace mimetizándose, sino transformando su naturaleza y, aunque a algunos les suene a blasfemia, enriqueciéndola.

Estas diferencias explicativas, a la hora de afrontar la realidad, muestran una querencia por los conceptos esencialistas, inamovibles, idealizados, teñidos de épica, falsos en fin, frente a una actitud dialéctica, aceptadora del dinamismo social, asumidora del cambio y la contingencia permanentes, propias de la naturaleza de la vida.

Las consecuencias de elegir un modelo explicativo u otro sobrepasan el terreno teorético y se muestran con crudeza en la práctica política y social.

En efecto, al haber unos catalanes que deben ser integrados, necesariamente otros catalanes se erigen en representantes del modelo integrador. Es decir, se convierten en el modelo normativo y, por ende, en el modelo de legitimidad. De manera que, se quiera o no, se produce una dualidad social entre catalanes “de verdad” y catalanes “aspirantes”, cuya homologación, además de la normalización requiere voluntad de ser.

A su vez, el veneno social sembrado de modo subyacente, al que en puridad se podría llamar fascismo, hace que aquellos que se sienten portadores de la legitimidad, por orígen , lengua y apellidos, no se limiten a la autocomplacencia íntima o al ejercicio de la tolerancia, sino que harán lo posible por hacer valer su diferencia, ya que les acabará favoreciendo en la competencia laboral, en el acceso al funcionariado y en la representatividad institucional (algo así ya ocurre en Andorra).

El PSC tiene que situarse claramente en otro discurso; en el discurso ejemplarmente asumido por la mayoría de la ciudadanía. A nuestro juicio tiene que situarse junto a las personas y no junto a los mitos. En este sentido, si quiere reconciliarse con su base social, aunque eso le lleve tiempo, tiene que dar una triple respuesta social:

· En cuanto a la plural identidad de los ciudadanos; lo que implica no sólo lugar de nacimiento, sino la “estética” expresada en lengua, nombres, apellidos y costumbres. Sus postulados no deben admitir sino la igualdad de legitimidad social, descartando todo intento de asumir como más “catalanas” unas características que otras.

· En cuanto la condición de trabajadores; debe combatir las condiciones entorpecedoras de la igualdad de oportunidades de realización laboral y profesional, derivadas del mayor o menor dominio de una u otra lengua de Cataluña, de un perfil “presentable” u otro, de unos patronímicos con más o menos “nissaga” (en realidad es urgente recuperar la idea de que la única causa que legitima a los ciudadanos frente a la sociedad es su condición de trabajadores, ya que esta condición ni se hereda ni se debe a razones ajenas al mérito de los individuos. Por otra parte, el trabajo es la verdadera fuerza de transformación de la realidad y de la acomodación de ésta a las necesidades de las personas).

· En cuanto a la representación política; debe trabajar para que la verdadera convivencia, la verdadera “Catalunya de tots” se logre cuando sea tan normal que el presidente de la Generalitat, o cualquier otro representante político, se llame Pujol o Cerrillo, Jordi o Jorge, hable catalán o castellano. En esto, como en todo, hay que empezar dando ejemplo.

Por esta forma de interpretar y de modificar la realidad apostamos desde Ágora Socialista. Abril del año 2000.
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Creo que el lector, si ha tenido la paciencia de leer este largo artículo, podrá comprender mejor el estado en que se encuentra el PSC, semejante al que sufre quien se ha instalado en el delirio de un universo inexistente y se niega a admitir la realidad que, tercamente, le está aguardando.Al mismo tiempo, podrá valorar que el mantenimiento de las ideas, incluso en condiciones de dura adversidad, permite a las personas que aguantan, en este caso a las de AGORA SOCIALISTA, sentirse reconfortadas y gratificadas, porque tanto los hechos, como el refuerzo del Tribunal Constitucional, vayan poniendo las cosas en su sitio; como en su sitio deben quedar los que en breve pueden pagar su empecinamiento con aquello que más les duele: un tremendo varapalo electoral.

Olegario Ortega Justicia

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martes, 9 de noviembre de 2010

DE APELLIDOS Y OVEJAS

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A vueltas con el tema del proyecto de ley del registro civil que regula el apellidado, recuerdo las decenas de veces que he discutido el tema con amigas feministas.
Y es que en muchas ocasiones nos encontramos con herramientas diseñadas desde el mundo anglosajón en el que sólo se pide un nombre y un apellido (el “que inventen ellos” trae estos lodos).

En los EE.UU., donde se manejan con un nombre y el apellido paterno, o el del consorte masculino, a mí siempre me había resultado tremendamente discriminatorio que siempre fuera el apellido masculino el que pudiera prevalecer. Merced a esa ventaja, sé que, con mi mismo apellido, y posiblemente antepasado, existió un Luys Lobera de Ávila, del que me puedo vanagloriar. Ninguna mujer tiene esa posibilidad, porque en el mejor de los casos, aún cuando conserven el apellido de soltera, éste no sobrevivirá una generación.
Que el apellido de la esposa, tras la boda, sea el del hombre, así como el de los hijos, no es muy distinto de marcar a la familia con el sello del varón, como se marca al ganado (que es en definitiva la fórmula familiar en medio mundo). Parece muy lejano y yanqui, ¿no? Pues vayan a comprar un billete de avión, a ver qué pasa.

Por ello, proponía a mis amigas que escarbaran en lo más hondo de su genealogía, y cambiasen su apellido por el segundo apellido de la antepasada materna más honda que lograsen encontrar, y que pidieran a su hija que lo adoptara como principal.

La forma de denominarse ha variado a lo largo de los siglos. De Ramiro vino Pero Ramírez (Pedro, hijo de Ramiro) de él Álvaro Pérez, de él Lope Álvarez… Un buen día Hernando Rodríguez fue importante, y se mantuvo el apellido mas allá de dos generaciones para marcar diferencias y ser “Hi de algos”.

Existen muchas fórmulas de apellidar, y ninguna es mejor o peor, son sólo herramientas para manejarnos. Lo que no tiene sentido establecer como norma la arbitrariedad, el alfabeto o el vuelo de una moneda. Básicamente porque significa ningunear la trayectoria vital de las generaciones, hacer al individuo más fútil, más solitario (y más manipulable, por tanto).

Es estúpido reclamar que las mujeres impongan su apellido cuando éste en definitiva retrotrae a su antepasado masculino paterno, y se perderá en la siguiente generación, en el caso de la hija. Por ello les decía que el primer apellido del hijo varón debería ser el primero de su padre y el primero de la hija, el primero de la madre (siendo éste, en la primera iteración, el recuperado de buscar el segundo apellido de la madre de la madre de la madre de… hasta donde se llegare) para igualar las cosas. Cambiar el orden de los dos apellidos en función del sexo, vaya. O en el extremo, reducirlo a un único apellido, según la norma descrita.

Es poca la ventaja de tener una estirpe, pero ese pequeño vínculo con todos aquellos que antes que nosotros fueron, y ubicarnos en el tiempo y el espacio, a veces es un pequeño apoyo que no sé porqué las mujeres descartan. La familia es más sólida, más grande, más real si reconocemos como parte de ella a los que nos precedieron, mejor dicho, si nos reconocemos como parte de ellos y de los que vendrán. Y defender una norma lógica de apellidado en la administración, en vez del capricho, que nos cercena de algo íntimamente nuestro, como son nuestros antepasados, y nos deja como algo efímero, caprichoso, solitario en el tiempo, es lo que, por mínimo respeto propio, deberíamos reclamar. Porque, en definitiva, luego siempre se podrá hacer lo que nos pase por las narices.

Ni que decir tiene que, paradójicamente, mis amigas, cuanto más talibanes del feminismo, más reclamaban como suya la estirpe del padre, en vez de la de su madre. Cosas de Elektra, supongo…
Román Lobera
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jueves, 28 de octubre de 2010

¡GENOCIDIO!

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Un genocidio es la exterminación sistemática de un grupo humano, racial, nacional, étnico o religioso y se considera genocidio todo acto que atente contra la integridad física o mental, o contra los derechos fundamentales (pero no culturales) de uno o varios individuos pertenecientes a uno de esos grupos que se pretende destruir.

El diario Avui aporta una nueva acepción del termino hasta ahora desconocida y califica en su editorial del día 27 de octubre como “genocidio judicial contra la lengua catalana” el hecho de que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña haya acordado la suspensión cautelar de algunos artículos de los Reglamentos de usos lingüísticos del Ayuntamiento de Barcelona y de la Diputación de Lérida. El editorial es tremendista y disparatado. A pesar de que los recursos contra esos Reglamentos se interpusieron con anterioridad a la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto, los opinadores consideran que se está ante una campaña orquestada que pretende dinamitar la recuperación de la lengua catalana, siempre amenazada. No reparan en descalificaciones y juicios de intenciones: se está ante un “bombardeo en el marco de una ofensiva judicial implacable”, “otra atrocidad política disfrazada con toga” y en su delirio llegan a afirmar que “España sentenció antes del verano su voluntad de reducción del idioma común de los catalanes a un habla residual restringida al ámbito privado” y ha puesto en manos de la justicia “un proceso de aniquilación lingüística indiscutible y un ataque a la coexistencia pacífica sin precedentes desde el final de la dictadura franquista”. Al final del editorial reclama “una reacción cívica y una reacción política sin fisuras, sin límite de legitimidad moral en la defensa de la lengua”.

El editorial, con su lenguaje repleto de metáforas bélicas e imágenes sanguinolentas, es un puro despropósito, desmesurado y absurdo, fruto de la paranoia lingüística que se ha instalado en una buena parte de la opinión publicada catalana. El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña que, según el Estatuto de Autonomía es el órgano judicial que culmina la organización judicial en Cataluña, ha cumplido con su obligación que es aplicar las leyes y ha anulado aquellos preceptos que vulneran las reglas de la cooficialidad lingüística, consistente en que las administraciones públicas den un trato igualitario tanto al castellano como al catalán en sus relaciones internas y en sus relaciones con los administrados. No es la primera vez que lo hace y en diversas sentencias y autos ha anulado preceptos similares de los Reglamentos de usos lingüísticos de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona ((2001); Universidad Pompeu i Fabra de Barcelona (2003); Ayuntamiento de Sabadell (2004) y Ayuntamiento de Sant Pol de Mar (2009) sin que el idioma catalán haya desaparecido de esas instituciones ni, según se podría deducir del mencionado editorial, del mapa.

Si no fuera por lo trascendente de la cuestión, induce a la hilaridad la permanente teoría de la conspiración que ven algunos en la defensa del pluralismo lingüístico en Cataluña. La “peligrosa ofensiva” está liderada por ciudadanos y asociaciones (Impulso Ciudadano es una de ellas) que, con esfuerzo y sacrificio, impugnan ante los Tribunales reglamentos que consideran contrarios a Derecho y lo hacen porque el Gobierno de España desvía intencionadamente la mirada ante las tropelías jurídicas que deliberadamente se aprueban en las instituciones catalanas. Para este y otros medios, la única respuesta legítima de los ciudadanos ante los dislates en materia de política lingüística es la resignación. Vistos los antecedentes históricos y más cuando se utiliza la palabra “genocidio”, es especialmente preocupante que desde un periódico que cuenta con una importante ayuda institucional se reclame una reacción “sin límite de legitimidad moral”. Pocas o ninguna cosa en esta vida carecen de límite. Aún menos de “límite de legitimidad moral”, nueva categoría filosófica creada ad hoc por el rotativo subvencionado y que merecería por si misma una mejor explicación. Una cosa, sin embargo, es cierta y podemos manifestarla como categoría, esta sí, absoluta: el bienestar y el progreso de la comunidad se asienta en el acatamiento de las normas morales y de las jurídicas. También los nacionalistas catalanes están vinculados por ellas.
José Domingo
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miércoles, 20 de octubre de 2010

UN AÑO Y MAYOR DE EDAD

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Sí, el pasado sábado, día 16 de octubre, esta asociación cívica, Impulso Ciudadano, celebraba el primer año desde su fundación, con un acto de hermandad entre sus asociados y simpatizantes –partidos y otras asociaciones, inclusive-, que desembocó en una cena de confraternidad donde, aprovechando la coincidencia de la fecha con el final del mandato del presidente de IC, José Domingo, como diputado en el Parlamento de Cataluña, se aprovechó para que los asistentes mostrasen su agradecimiento por haber cumplido con los compromisos que, por la vía política se le habían confiado. Esto se hizo con parlamentos espontáneos, con la entrega de algún regalo tanto para Domingo como para su ayudante Carlos Silva, el mejor de dichos agasajos, sin duda, lo constituyeron las manifestaciones de aprecio de todos los concurrentes.

Sí, ha llegado el momento de la retirada –esperemos que momentánea- del diputado autonómico que más intervenciones ha llevado a cabo en la legislatura que termina: 2.175, para ser exactos; el más trabajador, según se reconocía en un trabajo universitario; aquel que, como presidente de Impulso Ciudadano, tampoco ha desfallecido, llevando a cabo una labor, ingente, de la que se puede hacer un seguimiento en la página web de esta misma asociación. Alguien que, por haber por la gran labor que ha llevado a cabo en este año, al frente de los asociados de Impulso Ciudadano, podemos decir que ha puesto de largo a esta asociación, que la ha hecho mayor de edad para poder enfrentarse al futuro con dignidad y, sin duda, con el apoyo de todos nosotros.

Mi agradecimiento a él y a todos los que le secundan, para que no decaiga el espíritu de Impulso Ciudadanos.
Juan Alonso
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viernes, 8 de octubre de 2010

ANDALUCES 1952, BARCELONA – GITANOS 2010, FRANCIA


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Este artículo, está hecho de vivencias propias, vividas y escuchadas de gentes que me merecen toda la credibilidad. Muchos ya no están con nosotros .

Corría el año 1952, una de tantas familias andaluzas que vivían en un pueblo de Andalucía; el oficio del padre de familia, ebanista, ya maestro en su profesión; las expectativas, falta de trabajo, para sostener a la familia, dificultades económicas y hambre..

Un hermano de ese ebanista, que vivía ya hacía años en Barcelona, tenía su trabajo, su vivienda, su familia, y se ganaba bien la vida, escuchada la situación de esa familia del pueblo por el familiar directo residente en la ciudad condal, les dijo:

-Veniros. Aquí hay trabajo.

La decisión se toma rápido, se mete todo lo que se tenía en un par de maletas atadas con cuerdas, con unas pocas pesetillas y los billetes para el tren al que llamaban ‘el GRANAÍNO’.

Ruta de Granada a BARCELONA en tercera clase, asientos de madera, un baño para todo un vagón; la duración del viaje: tres días con sus noches, olores, ‘convivencia’ próxima, apretada, y de camino hacia la nueva vida.

Con fecha 1 de Mayo de 1952, llegan a la estación de Francia de Barcelona el matrimonio y el niño chico con seis meses en un capazo de cuerda. En la estación los recibe el familiar, los policías secretas y los grises revisan documentos y preguntan dónde van a vivir. Esta gente tuvo suerte, tenían un familiar con domicilio conocido. Más de 15.000 andaluces no tuvieron esa suerte y fueron detenidos por la policía o la guardia civil, encerrados y devueltos a su tierra. Su delito: buscar trabajo y una vida mejor.

Eso pasó entre los años 1950 y 1955. Las deportaciones no son nuevas en esta vieja Europa. Como se ha descrito, ya en la España del General, en los años 50, en Cataluña y más concretamente en Barcelona, se practicaron con buen resultado para los gobernantes y ningún derecho para mis paisanos andaluces; unas deportaciones de españoles en su propio país.

La actuación de la fuerza pública se atenía a la circular del Gobernador Civil de Barcelona, Felipe Acedo Colunga, el cual, supongo por ordenes recibidas, la dictó en fecha 6 de Octubre de 1952 en el Boletín Oficial de la Provincia. En ella, se daban instrucciones para que alcaldes, Policía Nacional, Guardia civil y todas las autoridades impidieran la entrada y permanencia de personas sin domicilio, debiendo ser evacuados. Por ello, los andaluces que llegaban a Cataluña eran detenidos y deportados. Primero, se les conducía a un centro denominado Pabellón de las Misiones, ubicado en Montjuic, ese centro tenia régimen carcelario. Cuando los deportados eran devueltos a sus ciudades de origen, les acompañaban guardias en los trenes que vigilaban que ninguno se bajara. Algunos –los que viajaban sin sus familias, que eran muchísimos– se tiraban del tren en marcha, para quedarse en Cataluña y realizar el sueño de una vida nueva de trabajo y prosperidad.

Todo esto cambió en el año 1959. Con el desarrollo industrial y la necesidad de mano de obra barata, se abrieron las emigraciones de andaluces y de otras provincias que llevaron el peso del desarrollo industrial de Cataluña.

Después de esta historia lejana y singular, vamos a la actualidad de los gitanos rumanos y su deportación en la Francia de nuestros días. El día 5 de Agosto de este año, nuevamente una circular, Francia, la patria de la Libertad, Igualdad y Fraternidad, se salta sus principios y con una disposición administrativa del Ministerio del Interior, millares de gitanos, hombres, mujeres, niños y ancianos se deportan y expulsan por razón de su identidad, como en aquel lejano 1956 en la España tercermundista.

Lo grave es que Francia debe cumplir los principios europeos sobre la libre circulación de personas. La política ignora las leyes y los derechos que corresponden a los ciudadanos europeos. Supongo que lo que el gobierno francés espera de esas decisiones es rédito electoral y, como siempre, crear un enemigo falso. Francia gana a Europa, pero perdemos todos los ciudadanos europeos. Los gobernantes rumanos tampoco se pueden ir de rositas y han de pechar con su cuota de responsabilidad como gobierno europeo. Quiero aclarar, que el que toma esa decisión, en todo caso, es un gobierno, no el Estado Francés. Los gobernantes pasan y los Estados permanecen.

Como estoy interesado en esa cuestión, la semana pasada asistí en Barcelona a una conferencia sobre la deportación de los gitanos rumanos en Francia, organizada por la asociación AGORA SOCIALISTA, que corrió a cargo de Juan de Dios Jiménez Heredia, quien, a su vez, se definió como socialista. Este gitano es un firme defensor de su gente, que ha ocupado distintos puestos políticos, diputado en la Cortes, en el Parlamento europeo, y diferentes cargos en la administración española, desde los cuales ha trabajado trabaja preferentemente en favor de los suyos.

Su conferencia, que dictó sin leer, le salió del corazón. Está dotado de un verbo natural y encantador. Después de hablarnos de la historia de los gitanos, de sus privaciones, de sus discriminaciones, de su forma de ver la vida y de vivir, pasó a defenderlas y a ocuparse de lo ocurrido en Francia con los gitanos rumanos, asunto que –en paralelismo con una batalla– dividió en tres frentes:

Primero el de la opinión publica que –mantuvo– lo tenían ganado por la repercusión y el enfoque general de los medios de comunicación.

Segundo, la vertiente política que, afirmó, también les era favorable, ya que la izquierda estaba en contra de las deportaciones.

(Yo discrepo en ese punto, pues el socialista ‘número uno’, nuestro presidente Rodríguez Zapatero, no está con ese razonamiento, si no, recuerden lo que dijo: ”Zapatero criticó las acusaciones formuladas contra Francia por la comisaría de Justicia, Vivian Reding, y señaló que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, ofreció en la reunión explicaciones ‘relevantes’ para justificar esas devoluciones. De hecho, defendió ‘la legalidad’ de las expulsiones acreditada por Nicolas Sarkozy una a una con resoluciones judiciales".

Por cierto, ya que hablo del gobierno español, quisiera saber si el gobierno andaluz ha contemplado, en esa última ley desarrollada de la Memoria Histórica, si los 15.000 andaluces deportados en la época de la dictadura también son beneficiarios, como las mujeres maltratadas por el franquismo, por los ataques a sus derechos.)

Tercero, la implicación jurídica de los hechos ocurridos: llevar al gobierno francés y a su presidente ante los Tribunales Europeos.

Le pregunté en el coloquio si él o su asociación habían hecho gestiones ante el gobierno rumano, para evitar la emigración de los gitanos rumanos. Me contestó que sí lo han hecho, aunque sin resultado alguno, y no habló muy bien de ese gobierno. Explicó que en Rumania,, hasta no hacía mucho tiempo, los gitanos rumanos eran considerados esclavos por las grandes familias terratenientes e incluso por órdenes religiosas.

Dos fechas, 6 de Octubre de 1952 y 5 de Agosto del 2010; dos lugares, Barcelona y Paris, dos épocas, dos regímenes, dictadura española y democracia francesa, resultado: el mismo, miles y miles de seres humanos deportados y expulsados, se ven privados de los mínimos derechos humanos, el derecho a pretender vivir mejor y sacar adelante a sus familias..

Las deportaciones se repiten en épocas y años muy diferentes y en regímenes políticos y entornos distintos, no podemos comparar regímenes dictatoriales con democracias actuales sin contar con la evolución de derechos y libertades, el contexto y el tiempo y los derechos de ciudadanía tanto española como europea.

Tampoco quiero comparar situaciones ni causas de la emigración de andaluces y gitanos rumanos, lo que quiero destacar es que hemos de recordar la historia para no volver a repetirla………………………………………………..... ¡QUÉ PAIS!

Antonio Pavón
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jueves, 30 de septiembre de 2010

MONTILLA Y EL LOBO INDEPENDENTISTA

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El Partido Socialista Obrero Español gobierna en España desde el año 2004 y lo ha hecho con apoyos parlamentarios, fundamentalmente, de los partidos nacionalistas. Por su parte, Pasqual Maragall llegó al gobierno de la Generalitat al frente de una coalición en la que tenía como compañeros de viaje a un partido que defiende el derecho a la autodeterminación (ICV-EUiA) y otro que aboga, abiertamente, por la independencia de Cataluña (ERC). Los integrantes de esta “moderada” coalición fueron los impulsores del Estatuto de Autonomía, artefacto legal de explosión diferida de corte confederal que fue aprobado por el Parlamento de Cataluña y retocado, poco después, por el PSOE con la alianza de CiU en las Cortes Generales. El tripartito se reeditó en el año 2006 cambiando a Maragall por Montilla. Los miembros del Tribunal Constitucional que han declarado parcialmente inconstitucional el Estatuto de Autonomía forman parte del denominado “bloque progresista”, es decir, fueron nombrados a propuestas del PSOE y de CiU.
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Si hemos de creer sus propias palabras, tanto el PSOE como el PSC impulsaron las reformas del Estatuto de Autonomía de Cataluña para consolidar el autogobierno de Cataluña y acabar con el problema del encaje de Cataluña en España. Les ha debido salir mal, si tenemos en cuenta las advertencias que ahora hacen en la precampaña de las elecciones autonómicas. Antes, era el PP el que advertía sobre el riesgo de que España se fragmentase, ahora, el discurso del miedo a la fractura lo han abrazado los socialistas y tanto Zapatero como Montilla se presentan como los únicos garantes para frenar el independentismo, del que Montilla ha llegado a decir que traerá la decadencia de Cataluña. Es desolador observar como los mismos que embarcaron a la sociedad catalana en el desafío estatutario, exhiben el espantajo independentista que han alentado, a la vez que se presentan como los únicos capaces de luchar contra él ofreciendo como solución la salvación del Estatuto de Autonomía. Los bomberos pirómanos se postulan como fiel de la balanza y ejemplo de mesura.
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Probablemente, en esta campaña Montilla no buscará la fotografía almorzando con Laporta, como hizo en la del 2006. La pulsión separadora no está bien vista entre el electorado socialista y por eso, no es de extrañar que el principal reclamo propagandístico, según su video de precampaña, sea el gol que marcó el albaceteño Iniesta con la selección española en el Mundial de Sudáfrica.
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Vaya, vaya... Éstos son los mismos socialistas que no pestañearon cuando el Vicepresidente de su Gobierno, Carod-Rovira, fijó en el 2014 la fecha para la independencia de Cataluña, los mismos a los que no ha temblado el pulso para subvencionar con dinero público a las asociaciones que enarbolan banderas “esteladas”, los mismos que han apoyado o permanecido pasivos en algunos ayuntamientos ante las consultas soberanistas o han desviado la mirada cuando sus compañeros de coalición, con cinismo racista, han promovido el apadrinamiento de “niños extremeños pobres” . Estos patriotas sobrevenidos son los que han consentido que no se cumpla la ley de banderas ni en los ayuntamientos ni en la Generalitat, a diferencia del Lehendakari, el también socialista Patxi López, que en sus instituciones exhibe con normalidad las banderas de España y del País Vasco. El nuevo Montilla recalca, ahora, a todo el que le quiera oír, que no es independentista, que nunca lo fue, y apela, sentimental, a su antigua condición de inmigrante andaluz a la vez que mantiene en su puesto al Delegado del Gobierno en la Cataluña Central, Jordi Fàbrega, exaltado apologeta independentista que se dedica a quemar en las plazas ejemplares del Decreto de Nueva Planta.
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Los socialistas han tenido y tienen todo el poder y ahora llaman a la comunidad a defenderse del lobo separatista, ese lobo que llevan alimentando durante muchos años. ¿A quién quieren asustar? ¿A quién temen, a los independentistas o al resultado de las elecciones?
José Domingo
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lunes, 20 de septiembre de 2010

ADIÓS, PRIMI… pero no del todo

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No tengo mucha idea de fútbol -más bien nula-, pero aún así soy capaz de deducir que lo que intenta hacer ese megalómano que responde al nombre de Joan Laporta, al querer crear una “liga ibérica” entre Portugal, España y Cataluña, no lo hace tanto por motivos deportivos, como por darle un rango de nación a Cataluña, por lo bajini y a la subrepticia.

Debe de tratarse de una especie de monomanía inducida, pero monomanía al fin, de fácil implantación en los cerebros mononeuronoles, en las molleras con orejeras, en las seseras de poco calado, incapaces de ver más allá del escaso campo de visión que sus propias brumas les permiten atravesar: les importa un carajo si con sus tontas manías de autocomplacencia, perjudican a uno o a mil; ellos quieren, como cualquier niñato que se precie, salirse con la suya a cualquier precio: “La pelota es mía”.

Son poca cosa, en realidad, y como tal tendríamos que tomarlos, si no fuese porque con su agrupación, la agrupación de los mentecatos en pos de la vacuidad, están llevando las cosas a un punto de difícil retorno. Y lo que es peor, al retorno de los españoles que vinieron de otras tierras, o a sus vástagos, a retornar a sus lugares de procedencia: “La pelota es mía”.

Ahora le ha tocado a una compañera de esta asociación, de Impulso Ciudadano, a Primi Muñoz, una mujer joven, activa y comprometida en la lucha para evitar que se vulneren derechos a una parte de ciudadanos en Cataluña; ciudadanos que deberían de serlo de pleno derecho, pero que, por causa de las políticas discriminatorias del tripartito, auspiciadas por un Gobierno -el central- descabezado y a la deriva, no son más que moneda de cambio para los intereses espurios de unos y otros.

No es el primer caso ni será el último; todos conocemos a muchos que han tenido que abandonar su proyecto personal o familiar, sencillamente porque hay quien, para sentirse algo, necesita estar agrediendo a sus semejantes: hoy es por medio de un nacionalismo excluyente y mañana puede ser por otra cosa. El caso es que quien no se siente bien dentro de su piel, tiene que pasársela jodiendo al prójimo.

A ver si alguna vez se enteran estos botarates de que la payasada flamígera no puede sustituir a la disquisición racional… pero mientras tanto, tendremos que despedir a Primi con nuestro más afectuoso abrazo.

La pelota es de todos.

PD: El alejamiento es sólo físico, puesto que seguirá trabajando vía internet con nosotros.
Juan Alonso
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miércoles, 15 de septiembre de 2010

JUZGAR SENTIMIENTOS

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"Ningún Tribunal puede, ni podrá, juzgar nuestros sentimientos ni negar nuestra voluntad."
No, no se trata de la declaración de una pareja de enamorados a los que un Tribunal les impide continuar su relación por la oposición de sus padres, ni que los Tribunales deportivos hayan prohibido el lema del RCD Espanyol “La força d’un sentiment”.
Estamos hablando de política, de la declaración que ha efectuado el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) con motivo de la celebración de la Diada del 2010.
La frase no es nueva, y ya la había pronunciado el Presidente Montilla en la declaración institucional de junio de este año con motivo de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de autonomía.
Hace bien el manifiesto en referirse a sentimientos, puesto que estos son las impresiones que causan a nivel espiritual determinadas situaciones. Los socialistas sienten que “Cataluña es una nación”, “que su lengua es el catalán” y que el “Estatuto fue aprobado por la mayoría de los ciudadanos y ciudadanas de Cataluña”. Nada que objetar a que el PSC haga públicos sus sentimientos porque ya se sabe que en el terreno del corazón todo es posible y que las personas, al parecer ahora también las jurídicas, actúan y se comportan con amor, pasión u odio, a veces de una manera irracional. Ahora bien, para no confundir a los destinatarios del mensaje, estaría bien que el PSC aclarara en el manifiesto que esos sentimientos no tienen nada que ver con el ordenamiento jurídico ni con la realidad. Con las normas en la mano, a día de hoy Cataluña es una nacionalidad (artículo 1 del Estatuto de Autonomía), la sociedad catalana tiene dos lenguas mayoritarias y de ellas la más hablada es el castellano, y en el referéndum del 18 de junio de 2006 sólo votaron “Sí” a la pregunta: "¿Aprueba el proyecto de Estatuto de autonomía de Cataluña?", 1.899.879 personas de los 5.310.103 que conformaban el censo.
Puesto que el PSC se ha instalado en ese íntimo campo, esperemos que su frustración, al comparar sentimientos con realidades, no le conduzca al resentimiento.
José Domingo
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