He visto y escuchado una intervención del Pepe Domingo en el Parlamento catalán –de la que pondré abajo un vínculo para que podáis acceder- en la que he descubierto algo que ni sospechaba: LOS NACIONALISTAS TIENEN VERGÜENZA. Sí, no lo digo con segundas; pero no una vergüenza de estar por casa: una vergüenza torera… o sea, tamaña. Y es que, a estas alturas de la corrida, en que las multas lingüísticas las han puesto por las nubes, cuando Domingo y Domingo, erre que erre, les pasa su sinvergonzonería por los morros, ellas/os, como la peregrinita lorquiana, agachan la cabeza y se les pone la cara como una rosa.
Debe de ser que la palabra “vergüenza” es una palabra anfibológica, porque eso de que los sinvergüenzas sientan vergüenza, hasta el momento del que hablo, era impensable, al menos para mí.
Es digno de verse este video, en el que, ante el chorreo de Pepe, los chulos que, como si fuesen maestros castigando a sus alumnos –durante el franquismo, claro; que ahora, ¡ni se lo piensen!-, se dedican a hacernos cantar su particular “Cara Al Sol” y nos suben y suben las sanciones lingüísticas, hasta límites sólo alcanzados por su estulticia testimonial y de personal ambición, ahora no toman la actitud desafiante de otras ocasiones y se les ve algún rasgo humano, aunque sea el de la vergüenza.
En fin, la miseria, cuando es humana, creo que se escribe con “N”.
Pulsad AQUÍ para ver a Pepe en acción y a los otros en vergonzosa sumisión… ¿o cabe alguna duda?