Soy valenciano, en primera instancia, por nacimiento y catalán, en segunda, por Joan Fuster y Eliseu Climent, entre otros. La primera parte de mi vida me la pasé, como en un babeo, creyéndome lo que me habían dicho mis mayores: que era valenciano, pero valenciano de años, ya que los orígenes de mi apellido en Valencia se remontan a la época del Cid; concretamente a la llegada de uno de sus acompañantes, Fernando de Alonso.
Justo en esa coyuntura vital entre mi ser valenciano y catalanovalenciano, apareció por mi vida el entonces admirado Eliseu Climent, tanto porque esos eran momentos de acoso a nuestra lengua vernácula, y él era un referente para un jovenzuelo inexperto como lo era yo, como por la vinculación profesional que tenía con mi entonces novia, ya que ésta era la responsable de la empresa que suministraba discos a su librería, “Tres al Quatre”, lo mismo que a la librería “Ausiàs March”, regentada entonces por un tal Federico (no recuerdo su apellido), compañero en aquellas fechas de Toni Mestre, otro destacado valencianista, ya que fue el primero en llevar a las ondas un programa radiofónico totalmente en valenciano –“De dalt a baix”, durante la dictadura.
Todos estos y algunos más, que uno sepa, ya recibían alguna subvención desde Cataluña, desde los finales de los 70’s, ya que bastante a menudo se iban a gastos pagados al sur de Francia a una especie de seminarios. Si había más entonces, lo ignoro.
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Luego perdí el contacto con esa deriva, pues, a trasladar mi residencia a Cataluña, me di cuenta de que todo ese movimiento, tan loable en sus inicios, para continuar creciendo, estaba restringiendo derechos a los ciudadanos procedentes de otras tierras de España.
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Ahora, y gracias al conocido “caso Pretoria”, nos enteramos de que, al parecer, aquel que comenzó con subvenciones para viajecitos al sur de Francia, pasados los años se ha convertido en un presunto “cazador” de subvenciones.
Avatares del destino: De no haber venido a vivir a Cataluña, quizá en estos momentos tendría la consideración de intelectual, como he podido comprobar en YouTube, que algunos de entonces tienen a día de hoy, en lugar de la de cascarrabias que me avala. Y, hasta es posible, que podría haber trincado algo en estos años, como parece ser que pueden haber hecho algunos de ellos.
Para más información:
Juan Alonso
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